Holandeses innovan en lucha contra los desechos plásticos
LOS TIEMPOS y EL PAÍS
El plástico forma parte de nuestras vidas y nadie escapa a las basuras que genera. Holanda tiene fama de llevar la delantera en el manejo sostenible de residuos, pero lo cierto es que contamina como los demás países.
El fuerte de ese país son la innovación y la elaboración de proyectos originales, capaces de concienciar e involucrar a la sociedad en el aprovechamiento de los desechos. Se trata de iniciativas como la de EkoPlaza, un supermercado local de productos orgánicos que incluye el primer pasillo libre de envoltorios plásticos del mundo; la pesca de estas basuras en los canales de Ámsterdam, patrocinada por Plastic Whale, que opera también en las aguas internas del puerto de Róterdam, o la impresión en 3D de muebles a base de plástico reciclado de vanPlestik.
Todos muestran no sólo el lado cívico, y rentable, del control de estos desechos, sino que han conseguido que sean vistos como una materia prima valiosa con la que se puede crear.
Pero antes, unas cifras. Los holandeses tiran al año un promedio de 900 millones de botellas de plástico de menos de un litro, según CE Delft, una consultora especializada en temas medioambientales. Se trata en su mayoría de envases de agua y bebidas refrescantes fabricados con PET, un poliéster aromático (polietilen tereftalato) reciclable.
Precedentes
Los precedentes en este país son que, hacia el año 2004, el Gobierno autorizó a sus fabricantes un cambio que tendría enormes consecuencias: podían sustituir las botellas de litro, que se devuelven en el supermercado a cambio de 25 céntimos de euro cada una, por otras de medio litro —o menos— exentas de dicha retribución. Ello contribuyó a que aumentara su presencia en los vertederos.
En 2014, esas botellas plásticas llegaron a sumar 1.500 millones de unidades, de las cuales un 60% contenían refrescos, un 25% agua y un 10% zumos. Y sólo se recicla una de cada cuatro, según cálculos de Recycling Netwerk, una organización ecologista independiente.
Viendo que la montaña de basura se disparaba, el Gobierno cambió de opinión. A partir de 2021, también se podrán reclamar entre 10 y 15 céntimos por las botellas pequeñas al retornarlas.
En cuanto a las bolsas gratuitas de plástico de las tiendas, otra gran amenaza para el entorno, hasta 2016, cada holandés tiraba al año unas 170. Desde entonces, cuestan casi 50 céntimos de euro
Plásticos en Cochabamba
Según datos proporcionados a Los Tiempos por el gerente general de la Empresa de Saneamiento Ambiental (EMSA), a principios del año 2007, cada día se botan en Cochabamba 68 toneladas de desechos plásticos, eso es el 17 por ciento de toda la basura de la ciudad: unas 400 toneladas diarias. Actualmente esa cifra es forzosamente mayor.
Gran parte de esos desechos que no son biodegradables se genera alrededor de los mercados, y está básicamente compuesta por bolsas de distinta naturaleza y botellas plásticas.