La pelea de gallos, una tradición que persiste pese a prohibiciones
La pelea de gallos es una práctica que persiste a costa del maltrato de los animales.
“Los criamos cuidando su alimentación y que no tengan ningún virus. Para eso los desparasitamos cada mes en el veterinario. Después los entrenamos como a los boxeadores, todos los días les hacemos hacer flexiones, después trotar y luego les damos sus masajes con pomadas para que no les dé macurca (contractura muscular)”, contó un aficionado a la pelea de gallos.
Siguió: “A partir de los 18 meses el gallo ya puede pelear, pero antes de que llegue el día de la pelea, el ‘luchador’ tiene que tener por lo menos tres meses de topes semanalmente (peleas de entrenamiento) para saber las condiciones en la que se encuentra”.
Al finalizar una pelea el dueño del gallo que pierde decide si curará sus lesiones o tendrá que sacrificarlo y comenzar a preparar a otro “luchador”.
Así es como algunas personas preparan a sus gallos de pelea, una actividad que para los que se dedican a esto es parte de una antigua tradición, pero para las autoridades es atentar contra la integridad de los animales y debería ser sancionada según las leyes.
En Cercado hay por lo menos 10 locales que adaptaron sus ambientes para las riñas y que los fines de semana abren sus puertas a centenares de fanáticos que han hecho de esta una actividad que perdura, pese a las prohibiciones por la defensa de los animales.
En el ingreso a estos locales se suelen encontrar dos guardias de seguridad que cobran las entradas que van desde los 10 bolivianos hasta los 100, dependiendo de la jornada y la cantidad de peleas que habrá.
Ya estando dentro de las galleras, los dueños preparan a los animales para la pelea. Primero, los pesan para saber si habrá igualdad de condiciones entre uno y otro contrincante. Luego, les masajean las piernas, bajo las alas y detrás de la cabeza.
Luego un ayudante le coloca unas vendas y espuelas más conocidos como “cachos”, dos pequeñas garras que se acomodan en las patas de los “luchadores” y están acondicionadas de tal forma para hacer daño a su rival.
Pero eso no es todo, para completar la preparación de los gallos el propietario agarrando una jeringa cargada de singani hace que el gallo abra el pico e introduce el líquido que sirve “para que el ‘luchador’ sienta menos los golpes que podría propinarle su rival”.
Una vez realizada la etapa de preparación, los dos propietarios y los dos gallos entran al lugar de la pelea. En las tribunas comienzan las apuestas, “100 dólares al colorado” grita uno, “vamos”, responde quien acepta la oferta.
Este tipo de actividades se repite todos los fines de semana en distintos lugares, tanto en el Cercado como también en las provincias. A pesar de que existen leyes nacionales que prohíben esta actividad, las autoridades no han podido detener a los infractores.
Las apuestas van desde los 300 bolivianos hasta los 5.000 dólares, incluso hay quienes afirman que las apuestas superan este último monto.
Quienes se dedican a esta actividad aseguran que “es parte de las tradiciones” y que las autoridades no pueden sancionar esta actividad.
Sin embargo, la Ley Nº 700 (para la defensa de los animales) y la Ley 1333 (del medio ambiente) no lo permiten y sancionan todo tipo de maltrato animal en el país.
5 mil dólares para las apuestas. Los que se dedican a esta actividad hacen apuestas de hasta 5 mil dólares, pero esta cifra puede aumentar.
“ESTA ACTIVIDAD NO PUEDE SER LEGAL”
La teniente Helen Miranda, jefe operativo de la Policía Forestal y de Medio Ambiente (Pofoma), manifestó que este tipo de actividades no pueden ser legalizadas en el país.
“Está prohibida la crianza de animales con fines de lucro sea la especie que sea no sólo para los gallos, sino también los perros o los toros”, señaló.
DATOS
Actividad que no discrimina clase social. Según quienes participan en este tipo de actividades, existen “fanáticos” de renombre en la sociedad y que manejan las riñas como clubes privados. En las peleas venden acciones a los interesados.
Sanciones penales y administrativas. Los que participan de este tipo de actividades corren el riesgo de ser sancionados con privación de libertad o con trabajos comunitarios, todo depende de la gravedad de la infracción o de la participación de los individuos en estos actos.
Alimento especial para los gallos de pelea. Quienes se dedican a este “negocio” manifiestan que a los gallos de pelea se les ofrece alimento especial, incluso con jugos vitamínicos o energéticos.
Denuncias de maltrato animal. Hasta las oficinas de Pofoma llegaron denuncias de maltrato de animales en peleas de perros, gallos y también en las corridas de toros.