Lluvia de Ángeles, la casa que cura el alma de niños víctimas de violencia
“Bendice las manos que prepararon esta comida, de los niños que están en la calle y en hospitales. Gracias por un día más de vida y de amor. Bendice a mi madre y también a mi padre”, es la oración que Adriana (nombre cambiado) hace antes de compartir el almuerzo con sus “hermanos”, en el hogar Lluvia de Ángeles, ubicado en la Ciudad de la Bondad, dependiente de Voces Libres.
Este hogar ubicado en Vinto, lejos del caos de la ciudad, en un sector tranquilo y apartado, acoge a niños y niñas víctimas de violencia intrafamiliar. La construcción y reacondicionamiento del terreno es obra de los trabajadores, beneficiarios y colaboradores.
Los cimientos de las oficinas y casas fueron diseñados y construidos por un joven que fue recibido y tratado en este hogar.
El 30 por ciento de los niños de este hogar está en la orfandad; pocos son los padres que luchan por recuperar a sus hijos y se sometan a terapias de rehabilitación. Para evitar que se rompa más el lazo familiar existe una regla: no separar a los hermanos biológicos.
Los menores son capacitados en carpintería, repostería, manualidades, agricultura, piscicultura por el lapso de seis meses en cada especialidad, pero si alguno muestra más interés en un área puede permanecer en la misma por más tiempo.
Las puertas, marcos, roperos, camas, sillas, mesas y otros muebles son elaborados por ellos mismos, con la supervisión de un responsable.
Los alimentos son preparados con los vegetales cultivados y cosechados por los mismos niños, esto para aminorar el costo de manutención.
“Las ONG no son para siempre, queremos ser capaces de solventarnos económicamente con nuestro propio trabajo”, dijo el director del programa, Denis Orosco.
El hogar Lluvia de Ángeles alberga a 48 menores de edad, 31 mujeres y 17 varones; niños sobrevivientes de diferentes tipos de violencia, rescatados y derivados por el Servicio Departamental de Gestión Social (Sedeges).
En este hogar existen cuatro casas: casa Anexo donde se encuentran jóvenes de 16 a 18 años, sólo varones; casa Yann con 18 integrantes; casa Marianne con 14 niños y niñas, y la casa Tanya con ocho niños que quedaron huérfanos por feminicidios.
Cada beneficiario debe cumplir un rol dentro de la casa a la que pertenece, ya sea limpiar, arrinconar o lavar. Esto con el objetivo de implantar la responsabilidad en los quehaceres de la casa y el cuidado de los animales.
El hogar tiene dos mascotas, un cachorro bautizado como “Patitas” y una tortuga. El perrito fue rescatado de la calle, llegó al hogar en malas condiciones.
“Un día llegaron con el cachorro en brazos, no pude decirles que no pueden tenerlo, buscamos padrinos para que sea esterilizada y reciba atención veterinaria”, contó el director.
Nadie tiene la certeza de cuándo y cómo llegó la tortuga. “Nosotros no la trajimos”, aseveró. Sin embargo, la tortuga también forma parte de la familia. “Que tengan un animalito también es parte de la terapia, eso les hace bien”, dijo.
La alimentación es balanceada y adecuada por una nutricionista.
“La integrante más pequeña llegó muy delgada, no se comunicaba con nadie. Cuando la cambiábamos o bañábamos de la nada comenzaba a llorar. Su mamá la golpeaba cuando se ensuciaba y cuando se hacía pis encima”, explicó la psicóloga a cargo. Un año después, Elena (5), nombre ficticio, tiene un buen semblante, habla, canta, baila y se comunica con los demás.
Al frente de cada casa se encuentran las mamás sustitutas, que son capacitadas por el lapso de tres meses y posteriormente son evaluadas psicológicamente para saber si son aptas para convivir con estos niños vulnerables.
Los menores reciben terapias psicológicas y alternativas que incluye musicoterapia, danza, aroma terapia y masajes corporales, entre otros.
El director del programa, Denis Orosco, explicó que la parte más difícil son los primeros días del menor dentro del hogar, muchos sólo lloran y entran en depresión.
“Los niños que ya están en el hogar preparan carteles de bienvenida y hacen una fiesta similar a la de cumpleaños, les brindan todo su apoyo y comprensión”, manifestó.
APOYO ECONÓMICO
Una familia fue rescatada
La fundación Voces Libres, cada año en acuerdo con algunos municipios, hace entrega de mochilas y material escolar a niños de escasos recursos y de zonas alejadas.
En una de esas entregas, la responsable de Voces Libres, Mercedes Cortéz, conoció a Cristóbal, un hombre que lo había perdido todo y no tenía como mantener a su familia. Él, su esposa y sus hijos fueron rescatados por personal de la fundación, esto se hizo de manera inmediata.
Ahora él trabaja en la fundación y sus hijos y esposa reciben colaboración de la fundación.
El día de la madre y del padre son fechas críticas
La responsable del área psicológica del hogar Lluvia de Ángeles, Leyla Mussre, explicó a Los Tiempos que los niños que son huérfanos debido al feminicidio de sus madres son los que reciben una terapia especial que implica más tiempo y más dedicación, pero la situación de los menores se complica sobre todo por la depresión cuando se acercan las fechas del día de la madre o del padre.
“Las fechas más críticas son el día del padre y de la madre, es cuando más trabajo se tiene. Los niños se ponen tristes porque sus compañeros llevan a los festejos del colegio a sus padres”, manifestó la especialista.
En esta situación la educadoras, y en realidad todo el personal, acompaña a los niños en estos festejos para alivianar un poco la ausencia de sus progenitores. Señalan que en esta época las terapias son más intensas.
Cada niño tiene una historia desgarradora, lograron sobrevivir al maltrato físico, psicológico y sexual, viviendo en un ambiente de abandono y violencia extrema.
Un centro de atención y formación integral
La Ciudad de la Bondad es un centro de atención y formación integral que acoge a menores que, a causa de la violencia física, sexual, abandono o feminicidio, “llegan enfermos en el alma, enfermos de dolor, con miedo a expresar sus emociones, sin haber tenido nunca el derecho de haberlo hecho, con falta de amor, de educación”, explica la responsable nacional de Voces Libres, Mercedes Cortez.
Dentro de la Ciudad de la Bondad está el hogar Lluvia de Ángeles que hasta la fecha –según Cortez- ha logrado “grandes transformaciones, desbloqueamos sus traumas, los liberamos de ellos para ver nacer una nueva creatividad en ellos gracias a que están respetados, están siendo escuchados y se les está dando la oportunidad de salir adelante y descubrirse”.
El director general, Denis Orosco, y la directora productiva, Eliana Terán, guían a pedagogos, trabajadores sociales, psicólogos, terapeutas y educadoras, más conocidas como mamás sustitutas, para brindar una atención personalizada y de recuperación profunda a los menores.
En este lugar se aprende a valorar la tierra y a cuidar la naturaleza. “La pequeña granja nos da huevos criollos, los árboles frutales sin pesticidas. La piscícola que pronto dará carne de pescado y la carpa solar que asegura algunas hortalizas que no crecen en otra época del año”, dijo Cortez.
MÁS DATOS
La ayuda llega desde Suiza
La fundación fue creada por una cantante de ópera proveniente de Suiza, que organiza diferentes eventos de caridad para pedir a organizaciones privadas un apoyo monetario.
Los diferentes programas envían fotografías de los beneficiarios para lograr que exista mayor colaboración.
Elaboración y venta de artesanías
Las artesanías y tejidos realizados por los beneficiarios de diferentes programas dependientes de Voces Libres son enviados al extranjero, donde se comercializa a mayor costo. La ganancia se destina a la manutención de los beneficiarios.
Botellas y bolsas plásticas son usadas en artesanías
Carmen Challapa C.
El taller de carpintería y los muros de contención del parque de diversiones son algunos lugares que se construyeron utilizando botellas de plástico. El objetivo de la fundación Voces Libres es que los beneficiarios vivan en un ambiente amigable con el medio ambiente y se recicle todo lo que pueda ser reutilizado.
Botellas y bolsas plásticas son usadas para diferentes artesanías. Las sobras de los alimentos son convertidas en compost, que es usado en la huerta del hogar.
Los restos de aserrín del taller de carpintería también son usados como abono.
“Aquí se desecha lo menos que se pueda, se debe reutilizar todo lo que se pueda. Es importante que los niños valoren la naturaleza y sean amigables con el medio ambiente”, dijo el director del hogar, Denis Orosco.
Evaluación psicológica
El personal que trabaja en la Ciudad de la Bondad es sometido a una evaluación psicológica una vez al año, esto a requerimiento del Servicio de Gestión Social (Sedeges).
Los sobres con los resultados de esta evaluación, son derivados a la institución gubernamental. Si una de las mamás sustitutas no pasa el examen psicológico, es remplazada en el lapso de tres meses.