Julieta vive 20 años en el hospital Viedma y colabora por la comida
Las arrugas son una muestra clara del paso del tiempo en la vida de Julieta Quiroz, que tiene 75 años y lleva viviendo 20 en el hospital Viedma. “Siempre ha vivido aquí”, dicen quienes la conocen.
Julieta se dio modos para quedarse. Con su voz débil y afónica, pero con una sonrisa, contó que empezó a deambular y así empezó a ayudar en la cocina, la limpieza y otros quehaceres a cambio de un plato de comida y un techo.
“Yo era una chica juguetona”, recordó y preguntó: “Qué habré tenido para llegar aquí”. Siguió y con ironía dijo: “Yo ya tengo los años vencidos, del cementerio soy”.
Julieta ya sufre las consecuencias de la vejez, se olvida algunas cosas y no recuerda el motivo por el que sus familiares la trajeron y abandonaron.
“Desde que llegó, no se fue”, dijo una trabajadora. Julieta ayuda en la cocina y a los pacientes por un plato de comida y un lugar para dormir.
“Aquí en el hospital estoy 20 años será o un poquito más”, indicó Julieta, quien en ocasiones afirma que sus hijos vienen a visitarla, pero luego de un momento a otro cuenta que no vio a ninguno de sus parientes hace más de 20 años. “Mi gente, tiempito es que no la veo, 20 años debe ser”, expresó con tristeza.
La médica geriatra del hospital Viedma, Heidi Cladera, informó que Julieta es una persona que no tiene dónde vivir. “No tiene a nadie, ni familiares lejanos ni cercanos”, por tal motivo, desde que ingresó, deambula por el hospital.
Una de las trabajadoras del Viedma, Joselyn, contó que desde que entró a trabajar al hospital, hace cuatro años, conoce a Julieta. “Ella vive aquí”, afirmó.
“Siempre ha ayudado en la cocina, aquí en los pisos, siempre ha estado caminando en apoyar. Nunca ha recibido un sueldo ni nada, ha estado primordialmente para ayudar a los pacientes y colaborar por un plato de comida”, dijo.
Enferma
“Hace un tiempo, de repente mis pies se han adormecido. Quería andar y no podía”, comentó Julieta y sólo espera que le den alta para continuar caminando y ayudando a sus amigas. “Ya me voy a sanar, ya voy a estar aquí y también molestando”, expresó entre risas.
Ahora que está internada, “las únicas visitas que tiene son de las trabajadoras de la cocina que le traen alguna cosita”, dijo Joselyn.
La geriatra Cladera señaló que Julieta ya está con alta médica, pero ahora se está viendo dónde van a llevarla, “porque Julieta siempre ha estado durmiendo en el hospital”. “Desde que entré no he vuelto a mi casa, estoy aquí”, reiteró la paciente.
Mediante gestiones con el Sedeges de la Gobernación, se planea trasladarla al centro Calamarca, que cuenta con fisioterapia, nutrición y atención médica. “Yo creo que allá se va a sentir bien, ella tiene su deterioro cognitivo y necesita un apoyo”, expresó Cladera.
“No es bueno abandonar, ¿no ve?”, dijo Julieta con un tono triste al terminar de hablar, pero a pesar de todo sonríe. Es una persona que da gusto conocer, porque con sus palabras suaves, su atención y sonrisa tímida logró ganarse la amistad de muchas personas en el hospital.
MÁS
La llevarán a un asilo
El hospital gestiona junto con el Sedeges que Julieta vaya al centro Calamarca para que reciba una atención integral.
DATOS
Al mes abandonan entre 4 a 5 ancianos
El responsable de Comunicación del hospital Viedma, Fernando Romano, informó que, según el reporte del área de Trabajo Social, cada mes se registran al menos cuatro ancianos abandonados por sus familiares.
“Lamentablemente, los hijos abandonan, no vuelven y el hospital debe cubrir los medicamentos”, señaló.
MÁS DATOS
Los asilos, un hogar para los abuelos
Ante la situación de abandono de las personas adultas mayores, el hospital Viedma gestiona junto con el Sedeges la búsqueda de espacios en los asilos para atender las necesidades tanto biomédicas, psicológicas como sociales de los ancianos desamparados.
En Bolivia hay más de un millón de adultos
Según las proyecciones a 2017 del Instituto Nacional de Estadística (INE), hay alrededor de un millón de adultos mayores de 60 años, que representan el 8,9 por ciento del total de la población del país.
Día de la Dignidad de las Personas Adultas
Por Decreto Supremo Nº 0264, de 2009, cada 26 de agosto se rinde homenaje a las personas adultas mayores de 65 años nuestro país. El propósito es reivindicar el derecho a una vejez digna con calidad y calidez humana .