Quillacollo se prepara para la festividad de Urkupiña
Desde esta noche, Quillacollo acogerá a millones de feligreses de diferentes ciudades e incluso países que asistirán al municipio para festejar a la Virgen de Urkupiña. Comerciantes, devotos y fraternidades empiezan a prepararse para vivir la denominada "fiesta de la integración".
El templo de San Ildefonso se vistió de blanco, como el manto que cubrirá a la virgen este año, para acoger a los visitantes que participarán en las diferentes actividades de la semana. Entre las comerciantes, las ventas empiezan a crecer con la llegada de los devotos.
Las calles que bordean el templo y que reúne a comerciantes muestran rosarios, velas, certificados de familia, matrimonio, autos y casas en miniatura para pedir a la virgen que, hasta la siguiente festividad, los deseos se cumplan o agradecerle algunos anteriores.
“Hay de todo, hay certificados de todo, a veces la gente se quiere comprar casitas, para negocio, para todo. Nosotros aquí lo ch’allamos y ellos lo hacen bendecir en la iglesia o el calvario”, cuenta Roxana Montoya, una comerciante.
Los precios son variados, se pueden encontrar objetos desde los tres a 100 bolivianos.
En el sector de las flores, se preparan arreglos para ofrecer variedad. Los precios oscilan entre los 15 a 150 bolivianos.
“Buscan muchas rosas, gladiolos y lilium. Llevan de todos los colores, blanco, amarillo y rojo”, cuenta la florista del pasaje Atacama, Ninfa Heredia.
A un día de la entrada folklórica, las graderías empiezan a armarse en todo el recorrido.
“Mañana definiremos los precios fijos, tal vez esté entre los 30 y 50 bolivianos para que sea accesible a todos”, explica Catherine Plaza, propietaria de algunas graderías.