Expertos ensamblan tranvía y hay más observaciones a línea amarilla
Los tres expertos de la fábrica Stadler de Bielorrusia que llegaron a Cochabamba para ensamblar el primer tranvía para el proyecto comenzaron ayer con esta tarea en el ramal de la línea roja, frente a la Facultad de Agronomía de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS), en el km 5,5 de la avenida Petrolera.
La misión de los técnicos es conectar los tres módulos que componen el tranvía que comenzará con su periodo de pruebas en 10 días, según los gerentes de la Asociación Accidental Tunari, Paulo Ponzetta y Domingo García. Sin embargo, operará a partir de 2020.
Los expertos de la fábrica Stadler llegaron junto a un traductor para evitar dificultades con el idioma. Sin embargo, pese a los intentos por conversar con ellos, algunos trabajadores de la Asociación Tunari —compuesta por la empresa JOCA de España, y Molinari de Suiza— les prohibieron dar entrevistas.
“Sólo puede hablar con los medios el gerente, ustedes no están autorizados para hacerlo”, dijo una de las trabajadoras al traductor, quien quedó sorprendido por esta actitud.
Por otro lado, ayer sólo se vio al personal de una empresa que recorría los tres vagones para limpiar las sillas, el piso y los vidrios del tranvía que llegó para el proyecto del tren metropolitano el martes después de 60 días de viaje.
Luego de la descarga de los tres vagones, que se hizo el martes frente a la facultad de UMSS, el material rodante permanecerá ahí hasta que la empresa Tunari concluya la construcción de la línea roja, luego será trasladado a la estación central de San Antonio.
Actualmente, el avance físico de la línea roja es del 85 por ciento. Falta la construcción de obras civiles como la instalación del tendido eléctrico, señalización ferroviaria y obra fina en las seis paradas.
La línea roja es la más corta de las tres. El tramo consta de 5,5 kilómetros desde la estación central de San Antonio hasta la Facultad de Agronomía de la UMSS y tendrá seis paradas y una subestación.
Las paradas o apeaderos de la línea roja son: el arco, Santa Bárbara, Vidriolux, la OTB Universitario Bajo, Politécnico y Agronomía.
Las otras dos líneas son más amplias. La verde tiene 27 kilómetros, desde Suticollo hasta la estación central San Antonio. Tendrá cuatro subestaciones: Colcapirhua, Quillacollo, Vinto y Suticollo; además de 19 paradas a lo largo del recorrido. La inversión global de este proyecto es de 447 millones de dólares.
La misión de los técnicos es conectar los tres módulos del tranvía que comenzará con las pruebas en 10 días.
ADVIERTEN QUE NO SE PUEDE INTERFERIR EN EL RÍO ROCHA
REDACCIÓN CENTRAL
Ante la nueva alternativa de construir la línea amarilla del tranvía por el borde del río Rocha, la Alcaldía y la Asociación de Ingenieros Eméritos (Asieme) plantearon más observaciones técnicas.
La Secretaría de Planificación remarcó que no se puede hacer ninguna interferencia dentro del río Rocha. Una de las funcionarias, Cintia Fernández, explicó: “Eso puede generar obstrucciones a su cauce natural”. Además, al hacer esas interferencias, se genera riesgo de desborde en época de lluvia.
Otra afectación será el debilitamiento de la estructura actual de los muros del río y la que se pretende construir. Por otro lado, el dragado puede alterar la pendiente del río Rocha.
Además, los cruces que se pretende hacer de un estribo a otro “podrían convertirse en un obstáculo para las aguas”.
El secretario de Infraestructura de la Alcaldía, Juan Terrazas, señaló que esta obra puede afectar a cuatro torrenteras que desembocan en el río Rocha por la av. Uyuni.
El presidente de Asieme, Gonzalo Maldonado, señaló que la obra no puede ingresar al río Rocha porque será un riesgo en la temporada de lluvia. Además, no se podrá hacer una segunda vía en esta ruta y afectará otras zonas por la influencia de la obra.