Comerciantes rematan sus productos de Todos Santos
Dulces, masitas, maicillos, t’antawawas y banderines son algunos de los productos que este año las comerciantes de la feria de Todos Santos optaron por bajar de precio “para recuperar su capital” frente a las bajas ventas que se registran por los conflictos.
Según la tradición, las almas bajan del cielo hoy a mediodía a visitar sus hogares en la tierra. Los familiares y amigos preparan mesas o mast’akus con ofrendas, adornos, bebidas y la comida favorita del difunto para recibirlo.
La feria de Todos Santos que se instaló en la calle Brasil entre Lanza y San Martín concluye el 2 de noviembre a mediodía. Son 266 comerciantes de dos asociaciones, informó el intendente municipal, Antonio Ferrufino.
En un recorrido realizado ayer por este medio, muchas comerciantes manifestaron su preocupación por la poca venta de este año. Esta situación provocaría el desperdicio de las masitas y la pérdida económica como efecto de los bloqueos y el paro cívico que, desde el 21 de octubre, ciudadanos decidieron llevar a cabo.
Una de las comerciantes, Natividad Almanza, lamentó que “no hay ventas, porque la gente no está viniendo por miedo a los bloqueos o porque no hay movilidades”. Por tanto, optaron por bajar los precios “porque esto no se guarda, se echa a perder”, explicó refiriéndose a las masitas. La docena surtida de masitas está a 10 bolivianos “antes costaba 12 a 13”, acotó.
Ruth Villarroel, otra comerciante, coincidió en señalar que “la venta está muy mala”. “Por lo menos para recuperar el capital hemos bajado de precio en comparación con otros años, porque todos trabajamos con capital prestado”, manifestó.
Contó que, por ejemplo, ella invirtió este año 3.000 dólares para una cantidad pequeña de dulces. “Mis otras compañeras invierten más”, añadió. La docena de dulces antes se vendía en 8 bolivianos y ahora está a 6, indicó.
Los precios de los adornos de plástico también bajaron. Sofía Ledezma indicó que las banderitas se vendía la docena a 3 bolivianos, pero ahora están a 2. Aun así “no nos está yendo bien”, lamentó.
Un gran porcentaje coincidió en manifestar que la venta era mayor por la compra que hacían las personas que venían del campo, pero que ahora no pueden llegar.
“La gente del campo es más creyente, arman en grande sus mesas esperando a sus almas”, dijo Sofía.
El precio de las t’antawawas también bajó. “Antes se vendía a 10 cada una, ahora damos dos por 15”, señaló una comerciante.
Las vendedoras atienden desde temprano y muchas se quedan hasta medianoche. “A parte de comprar ofrendas no tenemos que perder nuestra tradición de recibir a nuestro muertitos”, enfatizó una vendedora de urpus, Uvaldina Franco.
INTENDENCIA REALIZA CONTROLES
La Intendencia Municipal realizó ayer un control a los puestos instalados en la Brasil.
Se exige que cada comerciante cubra sus productos con un tul, tenga un basurero, no ocupe los pasillos y esté uniformada.