Policías oran y piden para que retorne la paz a Bolivia y que cese la violencia
En la plaza principal de Cochabamba y frente al Comando Departamental de la Policía se celebró ayer una misa en la que participaron funcionarios policiales de diferentes unidades.
El objetivo de la eucaristía fue pedir para que la paz retorne a Bolivia y cesen los conflictos y enfrentamientos entre los sectores movilizados y las fuerzas del orden.
El capellán de la Policía parafraseó en la ocasión al fallecido papa Juan Pablo II, “la paz se construye sobre cuatro pilares fundamentales: el perdón, la justicia, el amor y la libertad”.
“Todos somos libres de vivir en esta tierra. Siempre tengamos la esperanza de que volverán días mejores para nuestra patria. Nadie tiene amor más grande sino aquel que da su vida por los demás”, dijo durante la eucaristía.
El comandante departamental de la Policía, Jaime Zurita, señaló que la celebración se desarrolló a nivel nacional con el objetivo de pedir por la tranquilidad de los bolivianos.
“Necesitamos encontrar la paz. Para esto debemos reconciliarnos con Dios como muestra de esa voluntad”, manifestó.
Los agentes policiales pidieron fuerzas para cumplir con sus funciones, invocando siempre para recuperar la paz. “El enfrentamiento no nos lleva a nada bueno”, declararon.
Al finalizar la eucaristía, los policías, uno a uno, fueron bendecidos por el capellán para no salir heridos durante las intervenciones.
Culminada la liturgia, los jefes policiales organizaron a sus tropas para apostarse en lo que consideran puntos “críticos” y así continuar con el resguardo.
La disposición que tienen las Fuerzas Armadas (FFAA) y la Policía es el de evitar el ingreso de marchas consideradas peligrosas y violentas al centro histórico de Cochabamba.
Desde hace más de tres semanas, la totalidad de funcionarios policiales del departamento se encuentra acuartelado, debido a los conflictos sociales que se vienen arrastrando.
Por disposición del Comando General, el personal policial debe permanecer en alerta ante cualquier disturbio para precautelar la seguridad de la población.