Aferrado a Evo, el trópico vive bajo vigilancia sindical y en guardia permanente

“¿Por qué está sacando fotos?, ustedes no son de esta zona. ¿Qué hacen por aquí?”, pregunta un joven de unos 25 años. Inmediatamente salen unas 20 personas más y rodean el vehículo del diario Los Tiempos.

“Somos periodistas”, responden los ocupantes de la camioneta. “Su credencial”, exige otro comunario a tiempo de tomar fotos de los reporteros y del motorizado. Mostradas las credenciales, el tono baja y la situación se destensa.

“Disculpen, pero desconfiamos de ustedes. Ya han venido varios espías, policías, militares y gringos a querer dañar nuestra sede y la radio”, explica Eulogio Barcaya, un vecino y miembro de la policía sindical de Lauca Ñ, en Shinahota, lugar donde se encuentra la sede de las Seis Federaciones del Trópico de Cochabamba.

La desconfianza es moneda común en todo lugar, pero en algunos lugares del trópico de Cochabamba la situación se ha tornado preocupante.

Desde el conflicto poselectoral de octubre y noviembre de 2019, que a la vista de las Seis Federaciones se trató de un golpe de Estado contra su principal líder, Evo Morales, el trópico de Cochabamba se ha tornado en un territorio bajo constante vigilancia sindical, en estado de guardia permanente  y aferrado a la memoria del expresidente, hoy exiliado en Argentina.

En el trópico, el expresidente Morales es omnipresente. Su rostro está al ingreso de cada obra construida en su gestión, en cada sede sindical y mercado de los seis municipios de esa región. Pero también está clavado en la memoria de muchos de sus habitantes.

Vigilias

Sólo en el trayecto de Cristal Mayu a Chimoré, que abarca aproximadamente entre el kilómetro 130 y 180 de la carretera nueva Cochabamba-Santa Cruz, hay 12 puntos de vigilia que fueron instalados por los productores de coca y vecinos. Hasta Entre Ríos, en el límite  con Santa Cruz, se estima que hay ocho vigilias más.

Es cuestión de que los dirigentes ordenen el cierre de la carretera y los puntos de vigilia no tardan ni 10 minutos en cortar esta fundamental vía, que es prácticamente la arteria más importante de la economía nacional.

Las Seis Federaciones se declararon en emergencia tras la renuncia del expresidente Morales y ordenaron esta movilización permanente. Hay puntos de vigilia que tienen más de dos meses.

La vigilia más grande está en  el ingreso a Chipiriri, cerca a Villa Tunari. En el lugar están instalados más de 200 personas de la Federación Trópico, de la que es miembro el expresidente Morales.  Allí, los presentes exigen que no se saque fotos y evitan hablar con cualquier “prensa vendida”.

A mucha insistencia se logra contacto con un dirigente. Grover Cossío, de la Central 1 de Abril, dirige este punto de vigilia. “Estamos casi un mes, la presidente Áñez quería mandar soldados y policías y hemos instalado. Quieren mover la planta de urea y por eso hemos reforzado las vigilias”, dijo.

Explicó que cada una de las 36 centrales envía a dos personas que van cambiando cada 48 horas. Dice que la vigilia se mantendrá hasta el 3 de mayo, día de las elecciones.

Aseguró que Morales trabajó por todos los pobres y campesinos y que no hay otro como él. “Ahora nos dicen salvajes, nos insultan. Basta de humillación, mucho hemos aguantado. Vamos a estar hasta que él vuelva”, dijo.

Los puntos de vigilia se extienden por Ibuelo, Zapata, en el puente Coni, Lauca Ñ, Chimoré, Ivirgarzama, Bulo Bulo y Entre Ríos.

Eulogio Barcaya, encargado de la vigilia de Lauca Ñ, aseveró que  tras el “golpe de Estado” recibieron muchas amenazas y tuvieron que activarse con vigilias.

Dijo que esperan que el expresidente Morales regrese al país y así retomar el poder “para los pobres y campesinos de Bolivia”.

Policía sindical

Tras el conflicto electoral de octubre y noviembre de 2019, la Policía -que se amotinó al Gobierno del MAS- salió del lugar.  Los pobladores del trópico en represalia al motín destrozaron y quemaron las estaciones policiales de Ivirgarzama, Shinahota, Chimoré, Bulo Bulo , la oficina de Tránsito de Villa Tunari y el comando regional ubicado en este último municipio. Acusaron a los uniformados de ser parte del “golpe de Estado”.

Desde esa fecha, la región del trópico está sin policías, lo que fue aprovechado por los delincuentes. Esto ha motivado a que las federaciones conformen policías sindicales y brigadas vecinales para -según dicen- apoyar con temas de seguridad ciudadana.

Eulogio Barcaya explicó que a “nosotros como sindicalistas nos permite la Constitución, ahí nosotros hemos organizado policía sindical en los pueblos como Shinahota o este pueblo (Lauca Ñ). Cuando hay algún choque de transporte, no detenemos (a los implicados), sino que comunicamos, tenemos juez y él enviará fiscales, si hay robos comunicamos, a veces detenemos pero entregamos al juez”.

Grover Cossío, dirigente de la Federación Trópico,  aseveró que la policía sindical “trabaja normal porque los policías de callado se han escapado, no han dicho nada y se han ido, entonces por eso hemos puesto policía sindical. Están en los pueblos, centrales, están trabajando”.

En Shinahota, se decidió conformar un brigada vecinal para temas de seguridad. Esta se instaló en lo que quedó de la Estación Policial de ese lugar, pero luego fue disuelta debido a varios inconvenientes.

Nicolás Céspedes, un joven de 20 años de Shinahota, vio que podía ayudar y decidió usar su experiencia como miembro del  Grupo de Apoyo Civil a la Policía (Gacip), a la que perteneció por dos años, para rescatar la EPI de su ciudad.

Durante dos días limpió toda la infraestructura; los pisos, oficinas y demás dependencias, a la espera de que la Policía vuelva algún día y retome sus actividades. “(La EPI) es como mi segunda casa. Ojalá algún momento vuelvan los policías”, dijo.

En los últimos días, la brigada vecinal de Shinahota atendió al menos 8 casos de robo y 4 de violación. Además, se reportó más de 10 accidentes de tránsito.  “Lo que se hace es retener a la persona y se la lleva a la Fiscalía, ellos determinan si se lo pasa a la cárcel o no”, indicó.

Aseveró que al menos la mitad de las personas detenidas por las brigadas vecinales se fugan y evaden sus responsabilidades legales.

En Chimoré la Policía sindical también fue desarticulada luego del incidente ocurrido en diciembre, cuando el grupo detuvo a tres personas acusadas de robo y las golpeó brutalmente.

Desde la Alcaldía, informaron que la Dirección de Movilidad Urbana se hizo cargo de la vigilancia del tránsito y que la Intendencia coadyuva con el control de la seguridad ciudadana.

Desde la Federación Trópico se informó que cada federación nombró entre 10 a 20 jóvenes para la policía sindical, quienes hacen rondas en los poblados y los centros urbanos.

Antonia, una vendedora de frutas del mercado de Villa Tunari, explicó que la guardia sindical no tiene la capacidad para ejercer labores de seguridad ciudadana y no cumple las mismas funciones que la Policía, por lo que espera que en algún momento la institución del orden retorne a la zona.

Aseveró que la falta de policías complica varias labores, como la de los pagos en bancos y el combate contra el crimen.

DATOS

Gobierno critica

El ministro de Defensa, Luis Fernando López, aseguró que la policía sindical del trópico “se está pasando de la raya”, pues estaría pidiendo documentos y credenciales a los que viajan al trópico.

“Se están pasando de la raya, déjennos vivir en democracia”, indicó.

SEPA MÁS

Hotel de Murillo, en cenizas

El hotel Victoria, de propiedad del actual ministro de Gobierno, Arturo Murillo, fue destruido y quemado por un enardecido grupo de productores de coca en medio de los conflictos que se desataron tras la denuncia del expresidente Evo Morales, en noviembre pasado. Se trataba de uno de los más lujosos y más visitados hoteles del trópico de Cochabamba. Se encuentra al ingreso de Villa Tunari, a unos 300 metros de la carretera principal.  El restaurante fue incendiado y de las más de 20 habitaciones sólo quedaron las paredes.

Menos turismo

Según dos hostales consultadas por Los Tiempos, la llegada de turistas a la zona bajó entre 20% y 50%, sobre todo para las fiestas de fin de año, que era considerada una época alta.

“Ñatitas” quedan en pie

Las urnas de dos “ñatitas” (cráneos humanos) fueron lo único que quedó en pie en el Comando policial de Villa Tunari. Se trata de “Dukalito” y “Juanita”, que, según vecinos, “ayudaban” a los policías a resolver crímenes.

Sindicato San Francisco cuida el cato de Morales

El cato de coca del expresidente Evo Morales en la zona  de kilómetro 21-San Francisco, en Villa 14 de Septiembre (Villa Tunari), quedó bajo el cuidado y vigilancia del sindicato de esa zona.

Juan Aguilar, vecino del cato del expresidente Morales, aseveró que los pobladores y el sindicato San Francisco se turnan para limpiar el terreno, que tiene 10 hectáreas, además de hacer vigilancia de la zona y cultivar la hoja milenaria.

Dijo que se vio a personas extrañas en la zona y que incluso había el rumor de que el Gobierno iba a revertir el terreno, por lo que activaron las vigilias. Dijo que esperan que el expresidente regrese para retomar el trabajo que dejó pendiente.

Sólo dos cooperativas están funcionando

La falta de policías en el trópico ha provocado que las entidades financieras suspendan la atención en sus sucursales. Se estima que 14 entidades financieras (cinco bancos, cuatro cooperativas y cinco instituciones financieras de desarrollo, IDF) suspendieron la atención.

A la fecha sólo la cooperativa San Antonio y otra local retomaron sus actividades, pero de manera parcial.

La Asociación de Bancos Privados de Bolivia (Asoban) indicó que la  banca no puede prestar sus servicios porque no cuenta con el respaldo del Batallón de Seguridad Física de la Policía para abrir sus oficinas y dar seguridad al personal y a los clientes.