Quillacollo perdió Bs 100 millones en obras por pugnas de alcaldes
Al menos 100 millones de bolivianos es lo que se estima que se han perdido por malos manejos en las dos últimas décadas en la Alcaldía de Quillacollo por gestiones municipales poco transparentes y el “pasanaku” de alcaldes.
“Lo que vivimos es una tragedia, una maldición. Todo alcalde que entra sale de su oficina a la cárcel o termina con procesos perjudicando a la población”, dijo una pobladora, Marisol Delgadillo.
Afirmó que el malestar de la gente es generalizado, porque el caos se apoderó de la ciudad y los proyectos de impacto son “elefantes blancos”.
Entre las obras millonarias inconclusas está el plan maestro de agua potable y alcantarillado, que demandó Bs 63 millones; la terminal de buses de Bs 21 millones y el nuevo matadero con Bs 10 millones. También se incluye el museo arqueológico de Sierra Mokho y el centro de acogida para niños y adolescentes.
En 15 años, Quillacollo ha tenido 14 alcaldes que ocasionaron un derrumbe institucional y económico. El resultado es más de 150 mil quillecolleños sin acceso a servicios básicos, sin planta de tratamiento de aguas residuales, el manejo inadecuado de la basura, falta de ordenamiento vehicular, el aumento desmedido del comercio informal y la pérdida de sitios culturales.
Crisis
La inestabilidad y las constantes pugnas por el control de la Alcaldía, incluso, terminaron desgastando a los trabajadores municipales que no cuentan con las condiciones laborales adecuadas.
“Cada cambio nos quita hasta las ganas de trabajar, porque cada alcalde viene con sus secretarios y su gente. Lo único que podemos pedir es estabilidad laboral, porque pedir maquinaria y ropa de trabajo es complejo, no sabemos cuánto tiempo se van a quedar”, indicó el dirigente del Sindicato Mixto de Trabajadores Municipales, Eduardo Peredo.
Más del 90 por ciento de maquinaria pesada de la Alcaldía requiere mantenimiento y tiene fallas, de acuerdo a trabajadores de la Empresa Municipal de Aseo de Quillacollo (EMAQ) y Saneamiento Básico.
“Los alcaldes priorizan la parte política, no la financiera. Ninguna de las empresas municipales es autosustentable, son 100 por ciento subvencionadas. Eso sólo se lo resuelve imponiendo costos a los servicios”, mencionó el vicepresidente del Concejo, René Fernández.
El legislador puntualizó que ningún alcalde pudo consensuar una normativa para resolver la falta de liquidez y advirtió que la crítica situación financiera paralizó trabajos en el botadero a cielo abierto de Cotapachi.
En un recorrido se constató que las celdas para depositar residuos sólidos colapsaron y que no hay maquinaria para habilitar otra fosa ni sepultar los desechos hospitalarios.
El dirigente del Sindicato Agrario de Cotapachi, Bernardo Almaraz, sostuvo que los pobladores de la zona están cansados de firmar acuerdos y escuchar promesas sobre el cierre del botadero y la industrialización de basura.
El recorte de presupuesto llevó al personal a priorizar en el Plan Operativo Anual (POA) el presupuesto para la cancelación de sueldos y reducir a lo urgente los fondos de inversión, porque los trámites administrativos y el recuerdo del fallido plan maestro frenan la planificación de obras de impacto.
Pese a las gestiones, exautoridades aún no logran cerrar el proyecto que dejó más de 50 kilómetros de tuberías de redes de agua potable y alcantarillado sepultadas y sin uso.
El exsecretario general de la Alcaldía, José Terán, indicó que se logró reducir los requisitos para cerrar el proyecto y añadió que se pretendía habilitar una parte de la red de alcantarillado para justificar el gasto con el respaldo de informes técnicos.
Sin embargo, a la fecha los responsables aún no fueron sancionados y el proceso penal contra cuatro exalcaldes continúa dilatándose.
El municipio, además, está entre los más turísticos por la llegada de peregrinos para la festividad de Urkupiña, pero no tiene un plan.
Creciente comercio informal y ambulantes
5 mil ambulantes venden en las calles de Quillacollo.
Muy pocos pagan impuesto en Quillacollo
Sólo 3 de 10 contribuyentes pagan sus impuestos. La recaudación cae cada año.
Poco interés por cuidar las áreas verdes
El mantenimiento de las áreas verdes es el sector que menos atención tiene con cada cambio de alcalde.