Secuelas de Covid, bajos sueldos y deudas golpean a los maestros
Paola Pérez Aranibar
Después de dos años, los maestros festejarán su día dentro de las aulas, en los colegios, en el lugar que ellos llaman su segundo hogar. Esto era prácticamente imposible en gestiones anteriores debido a las restricciones por la pandemia de Covid-19. Sin embargo, este festejo viene con sentimientos encontrados.
La Federación Departamental de Trabajadores de Educación Urbana de Cochabamba perdió en los dos años de pandemia a 60 de sus miembros, sin contar aquellos que no fueron registrados. Los datos tampoco incluyen al Magisterio Rural, que aglutina al 20 por ciento de los maestros.
Desde el departamento de Asesoría Legal de esta institución vivieron muy de cerca la situación que atravesaron los maestros, por lo que canalizaron ayuda para varios enfermos de Covid. En 2020, se reportaron 179 casos y, en 2020, la cifra subió a 351. Esto sin contar los casos que se trataron de manera particular o en otros seguros, por lo que la cifra es mucho mayor.
La asesora legal Fabiola Bustillos explicó que en el sector del magisterio existe una capa meritoria entre los 50 y 60 años, lo cual hace que este sector sea uno de los más vulnerables al virus debido a su edad.
“La oficina mantiene un cercano contacto con el profesor de base. Hemos visto lamentablemente morir a muchos profesores con Covid, hemos visto muchos casos. De hecho, la federación ha ido canalizando ayudas Covid a estas familias”, relató.
Los maestros cuentan que también vieron la enfermedad en sus entornos, pues algunos familiares también sufrieron las consecuencias del virus, desde complicaciones en la salud hasta la muerte.
“Hubo muchos maestros conocidos que han fallecido a causa de esta enfermedad. En mi familia ha habido médicos, tíos que han fallecido”, contó Norma Orellana, profesora de Educación Física de la Unidad Educativa Abaroa “A”.
La situación también hizo que los ingresos sean destinados en su totalidad para los tratamientos respectivos que implican la enfermedad, convirtiéndose en un gasto para todos los miembros de la familia.
“Se ha hecho mucho, pero no se ha podido salvar. Es una enfermedad que ha golpeado a muchos”, agregó.
Los profesionales en educación aseguran que la pandemia visibilizó las falencias que tiene el sistema. La dotación de ítems, la remuneración, las condiciones de trabajo y los servicios de salud son algunos de los problemas que identifica este sector.
La demanda de atención médica fue uno de los principales conflictos que atravesaron los maestros. Bustillos dijo que fue “una realidad muy dura, al principio esto parecía una pesadilla”.
Los miembros del Magisterio cuentan con un seguro de la Caja Nacional de Salud (CNS), sin embargo, este ente no pudo acoger a todos los pacientes con Covid.
“Nosotros teníamos maestros que llegaban a las salas de emergencias y no eran atendidos, entonces eso suponía que sean derivados a otros centros hospitalarios o clínicas”, aseguró la asesora legal.
El hecho de acudir a otros centros de salud significaba un gasto mayor, puesto que los montos a pagar oscilaban entre los 50 mil y 80 mil bolivianos.
Esta situación dio cuenta de otro inconveniente para los maestros: los bajos salarios que perciben.
A eso se suma que muchos retardan la jubilación debido a la crisis económica que atraviesan las familias debido a que, en varias de éstas, son los maestros quienes sustentan el hogar por los altos índices de desempleo.
También está el aspecto sentimental, pues dejar el segundo hogar es una decisión difícil para los maestros.
Martha Ontiveros lleva 43 años de servicio como profesora de manualidades y afirmó que las condiciones de la jubilación no son las mejores, por lo que aún no inicia este trámite. “Duele dejar el colegio, me siento todavía capaz de seguir enseñándoles”, apuntó.
Desde el sector consideran que, en esta pandemia, muchas familias reconocieron aún más el trabajo de los profesores.
No obstante, todavía falta mucho trabajo por realizar desde instancias gubernamentales para garantizar el nivel de educación en el país.
PROFESORES SEÑALAN QUE TRABAJAN POR VOCACIÓN
Los maestros aseguraron n que su rol se caracteriza por la vocación de servicio, puesto que la remuneración no va acorde al trabajo que realizan.
Según Bustillos, un maestro que inicia su experiencia en el área percibe entre 2 mil y 2.500 bolivianos. Para recibir entre 5 mil y 6 mil bolivianos, deben cumplirse 30 a 35 años de servicio. Agregó que, tras 40 años de servicio, los maestros reciben una media de 4 mil bolivianos, un monto “bajo”.