Tras la quema de 13 mil ha, Sernap busca restaurar 2 áreas del Tunari
Tras la quema de al menos 13.400 hectáreas de vegetación en los últimos cuatro años que afectaron dos extensos bosques nativos, el Servicio Nacional de Áreas Protegidas (Sernap) priorizará en los próximos meses la limpieza y el retiro de árboles secos en el Parque Nacional Tunari para prevenir incendios de magnitud.
El director del área protegida Luder Jiménez dijo que se coordinará la labor con la Gobernación y los municipios de la región metropolitana, ya que se pretende cortar los troncos y trasladarlos a un lugar donde no representen un peligro.
Adelantó que las zonas que se intervendrán son Andrada, donde en 2019 el fuego arrasó con 564 hectáreas de pinos y arbustos, y Tirani, lugar en el que el fuego afectó a 650 hectáreas de bosques nativos, plantaciones de pino y cultivos.
“Ahora estamos en época seca y estamos haciendo todos los esfuerzos para que la superficie de áreas quemadas sea mínima. En 2021 por un voraz incendio llegamos a 1.900 hectáreas, pero ya hubo diferencia de casi mil hectáreas porque en 2020 la afectación fue de 3.500 hectáreas”, señaló.
Jiménez sostuvo que el reporte de los dos últimos años es el resultado de la coordinación interinstitucional porque en 2019 y 2018 la superficie dañada superaba las 4 mil hectáreas.
En un recorrido, este medio constató que en Tirani existen hileras de pinos y eucaliptos secos, mientras que la cantidad de kewiñas afectadas es menor.
Se verificó, además, que algunos comunarios expandieron sus cultivos en las áreas quemadas, aunque la habilitación de estos espacios se concretó hace dos años.
Se evidenció también que por los vientos el tallo seco de los árboles comienza a inclinarse, lo que obstaculiza el tránsito por el camino principal.
La vía principal de ingreso luce deteriorada por falta de mantenimiento, situación que retrasa la subida al único pulmón ecológico de la región, de acuerdo al testimonio de algunos visitantes.
“Como esta no es época de reforestación aprovecharemos para retirar la vegetación dañada para en noviembre, que es temporada de lluvia, coordinar la reposición”, dijo.
El director del parque añadió que otra estrategia que se implementará este año es reforzar el patrullaje en la parte baja del Tunari y consensuar con los comunarios la vigilancia en la zona alta.
“La ladera sur es la más conflictiva, especialmente la de Cercado, Sacaba, Tiquipaya, Quillacollo y Vinto. Al norte estamos coordinando con las comunidades controles internos, aunque ellos son los que más aportan con la conservación, por eso en Morochata y Cocapata no hay muchos incendios”, indicó.
La utilización de cueros de animales para controlar los incendios en comunidades de la cumbre del Tunari es un sistema que sorprendió a los guardaparques que se desplazan por la reserva natural.
Asimismo, el jefe de la Unidad de Gestión de Riesgos de la Gobernación, Fernando Fernández, añadió que se activó el Comando de Incidentes para articular y planificar una respuesta organizada ante cualquier emergencia o desastre, tal como lo estable la Ley 602. Se prevé una demostración para el martes.
Se contempla el uso del Bambi Bucket
El jefe de la UGR de la Gobernación, Fernando Fernández, confirmó que este año se pretende disponer del helicóptero Bambi Bucket para la implementación del plan de contingencia contra incendios forestales en el departamento, que contempla el combate del fuego por aire.
“La semana pasada hicimos pruebas de vuelo con el grupo de la Caballería aérea en la laguna Alalay, disponemos del Bambi Buket (helicóptero) para cualquier emergencia, hemos capacitado también a oficiales militares y a grupos de voluntarios para coordinar la operación en caso de emergencia”, dijo.