Quillacollo, ciudad santuario, pide que la Virgen cuide a los peregrinos
Pedidos de unidad y fortaleza de las autoridades departamentales y municipales marcaron ayer la misa central de la Festividad de la Virgen de Urkupiña en el templo San Ildefonso de Quillacollo.
La actividad religiosa empezó con una súplica para que la Patrona de la Integración Nacional cubra con su manto a todos los devotos que llegaron de diferentes regiones.
Entre las autoridades participantes se encontraban el gobernador Humberto Sánchez, el alcalde de La Paz Iván Arias, el alcalde de Cercado Manfred Reyes Villa, el comandante departamental de la Policía Erick Olguín y otros munícipes de otras regiones.
En la homilía, el arzobispo de Cochabamba, Óscar Aparicio, exhortó a los feligreses a trabajar de forma cohesionada en la construcción de una sociedad con paz, unidad y fraternidad.
El párroco de la iglesia San Ildefonso, Iván Vargas, dio la bienvenida a los devotos del interior y exterior del país, quienes respondieron el saludo con la extensión de pañuelos blancos.
Durante la bienvenida se pudo observar que varias delegaciones llegaron de Argentina y Perú para asistir al acto central.
También se pudo apreciar que decenas de feligreses arribaron desde Santa Cruz y La Paz.
El alcalde Manfred Reyes Villa dijo que pidió unidad y paz. Además, destacó el apoyo y la petición que hizo el monseñor Aparicio para que en Nicaragua cese la persecución a obispos y creyentes de la Iglesia católica.
La misa central concluyó con una procesión por la plaza 15 de Agosto, donde la concentración de cientos de feligreses generó caos y aglomeración, pese a que varios efectivos policiales intentaron mantener el orden y restringir el ingreso en vías adyacentes. La misa fue también un reencuentro de los devotos.