Urkupiña plasma anhelos y busca conservar la tradición con Alasitas
La festividad de la Virgen de Urkupiña en Quillacollo cierra con la tradicional Feria de Alasitas, que se mantiene viva con el talento de los artesanos de las miniaturas.
Tras dos años de pausa por la pandemia de la Covid-19, más de 3 mil artesanos y comerciantes plasman los anhelos de abundancia y prosperidad en una variedad de productos en miniatura, que cientos de devotos buscan para hacer realidad sus “sueños”.
Para Adela Saavedra de Terrazas, de 65 años, una artesana que elabora canastas y participa hace 50 años en la Feria las Alasitas, esta es una tradición que lucha por sobrevivir y se transforma con el paso de los años.
Con nostalgia, Saavedra recordó que hace 20 años la venta de alimentos y artesanías en miniatura era con billetes del calvario y se realizaba en la plaza 15 de Agosto, al frente del templo San Ildefonso, donde el párroco incluso sorteaba animales y otros productos que obsequiaban los comerciantes a la Patrona de la Integración Nacional.
“La plata de calvario tenía valor, con 10 billetes te comprabas una canasta de verduras, el cura salía a sortear los conejos, las gallinas y todo lo que le regalaban los artesanos a la Virgen de Urkupiña, tantas cosas que se están perdiendo”, puntualizó.
Dijo que la cantidad de feligreses que acudía a la feria era mayor porque la actividad central se llevaba a cabo sólo el 24 de agosto.
“Ahora viene menos gente, pero están apareciendo más comerciantes, antes se vendía bien en un solo día, ahora me quedaré dos semanas, pero los clientes están llegando de a poco”, enfatizó.
La artesana relató que, hasta 2018, durante las Alasitas vendía al menos mil canastas elaboradas con cañahuecas y espera que este año el movimiento sea similar.
Aunque una parte de los comerciantes que oferta productos en miniatura por Alasitas vive en Quillacollo, la feria también concentra a carniceras, panaderas y artesanos de otros municipios aledaños y departamentos, especialmente de La Paz.
Este es el caso de Alicia Flores, una carnicera que cada año se traslada desde Tiquipaya para ofertar una diversidad de productos cárnicos y verduras en miniatura.
“Soy matarife y son como 22 años los que estoy participando. Los caseritos vienen toda la semana a comprar, pero mucho están cambiando las tradiciones y costumbres desde que nos han trasladado a la plaza de Las Sirenas, eso debe ser hace cinco años más o menos”, complementó.
La vendedora aseveró que en 1995 fue la última vez que se empleó los billetes de calvario para adquirir alimentos, abarrotes y artesanías.
“La gente ya no quería usar los calvarios el último año, nos decían que esos billetes no les servía para nada, aunque había una especie de banco para cambiarlos”, subrayó.
Costumbres
Flores contó que la tradición es que los devotos acudan a comprar vegetales y artesanías en miniatura para posteriormente hacerlos bendecir en la iglesia San Ildefonso.
“Una vez que se compra la canasta con verduras surtidas la hacen bendecir y el devoto debe cocinar en casa con lo que ha llevado, esa es la costumbre para que no le falte alimentos todo el año”, explicó Basilia, otra comerciante que participa en la feria hace más de 20 años.
Respecto a los precios, precisó que la canasta de verduras cuesta 20 bolivianos, pero la población puede encontrar artesanías desde 5 bolivianos.
Novedades
En un recorrido realizado en la zona donde se instala la Feria de Alasitas, se constató que entre las novedades se encuentran viveros en miniaturas y otros enseres que se emplean en los hogares.
“El año pasado traje algunas plantitas y los vendí a cinco pesitos, ahora he sacado variedad de especies, todo lo que estoy ofreciendo tiene sus propias raíces. Son más de 15 años que vendo verduras, pero me animé a incursionar en esto y veo que hay bastante interés de los que vienen a la feria”, recalcó.
Los creyentes que de a poco comienzan a llegar hasta la avenida 6 de Agosto y Martín Cárdenas aseguraron que acuden a la feria en busca de abundancia y bienestar.
Además de productos perecederos, la población podrá encontrar documentos para acceder al derecho propietario de su vivienda o lote, títulos profesionales, maletas de la fortuna e incluso ropa.
La feria se inaugurará el 24 de agosto y concluirá el 28, según los artesanos, quienes este año extendieron la superficie que ocupan y se organizan para impedir el ingreso de vendedores ambulantes como en otras gestiones.