Los botaderos son una “bomba de tiempo”; piden plan metropolitano
Los rellenos sanitarios de los municipios del eje metropolitano tienen problemas comunes por la conflictividad que existe por el tratamiento de la basura, las construcciones cercanas y el temor de que se conviertan en una causa de “chantaje político” de sectores sociales y vecinos.
Los responsables de los vertederos de Colcapirhua, Quillacollo y Vinto declararon que se requiere retomar nuevamente el proyecto de la Planta Metropolitana de Residuos Sólidos que la Gobernación de Cochabamba ofreció en el pasado, pero que se estancó por diferentes razones.
Crisis
Cinco rellenos sanitarios de la región metropolitana que están cerca de ríos. El exasambleísta Freddy Gonzales denunció que los municipios no cumplen las condiciones necesarias. En 2019 envió notas a la Contraloría General del Estado para que la instancia realice una evaluación técnica y ambiental a todos los botaderos en cumplimiento a la Ley 755 de Gestión Integral de Residuos.
Gonzales reveló en ese entonces que 43 de los 47 botaderos no operan adecuadamente y la mayoría no cuenta con licencia ambiental. A la fecha, aseguró que el panorama no cambió.
El de Vinto es uno de los más críticos debido a que se encuentra a pocos metros del río Rocha. Asimismo, el de Tiquipaya que está al frente a un matadero y un río.
“Se tuvo un mal manejo en el eje metropolitano y constituyen una bomba de tiempo porque son grandes contaminantes. Hemos denunciado con pruebas, pero nos llamó la atención que nunca se quiso tomar acciones para sancionarlos a los responsables”, argumentó.
Consideró que el tema político fue el principal obstáculo porque gran parte de los municipios eran afines al partido gobernante. La Contraloría General pese a haber recibido documentación y pruebas no emitió algún dictamen de responsabilidad.
Los Tiempos evidenció la crítica situación de los vertederos del valle bajo.
Colcapirhua
Este municipio produce 80 metros cúbicos de residuos sólidos por día, los cuales son trasladados a su relleno sanitario, que se encuentra al sur, detrás de un cerro, en el límite con Cercado. Los desechos se acopian en un lugar y después se esparcen, se los cubre con un material y luego se compactan. En la cima existen diferentes recolectores que a diario seleccionan materiales como botellas de plástico y otros.
Sin embargo, a menos de 10 metros, del lado de Cercado, existen decenas de viviendas a “medias aguas” en donde habitan familias, se prevé que en los próximos meses haya más edificaciones. Los malos olores se sienten en las tardes y se agravarán más aún en esta temporada por la época de calor.
La responsable del relleno sanitario, Danitza Loza, explicó que el municipio cuenta con el plan de cierre técnico, por lo que está elaborando una celda de emergencia para que se use una vez que las macro celdas cumplan con su utilidad. Indicó que trabajan en campañas de educación.
Quillacollo
El relleno sanitario de este municipio se encuentra al lado del de Colcapirhua. El Ministerio de Defensa es propietario de ambos espacios. Este lugar procesa 150 toneladas de residuos que recoge por día. El tratamiento es el mismo: se procede con el tapado con material para evitar los malos olores.
No obstante, el responsable de la Empresa Municipal de Aseo, Ruddy Valverde, reconoció que intentan cumplir con lo acordado para evitar la susceptibilidad de los vecinos y acciones como bloqueos. Recientemente se adquirió más maquinaria para brindar un mejor servicio a la población.
Vinto
Su botadero está a la mira desde hace varios años por la cercanía al río Rocha y la cantidad de viviendas que están alrededor. El botadero se encuentra en el ingreso al barrio.
El director de Residuos Sólidos, Omar Terceros, afirmó que se trabaja en el cierre técnico y que una vez finalizado se prevé instalar un parque temático. Mientras tanto, aseguró que el tratamiento de los residuos mejoró debido a que el carro basurero es acompañado por otro vehículo que recoge material orgánico, plásticos, cartón, papel y vidrios, elementos que no llegan el relleno sino a la planta de compostaje.
“Con este tratamiento ya no llega mucho material contaminante y esperamos mejorarlo”, comentó. Existen varios recolectores que probablemente sean de la zona.
Urge relleno
Los tres representantes de los rellenos sanitarios coinciden en retomar el proyecto metropolitano y así llegar a una solución conjunta.
El ambientalista Gregory Paz aseguró que para que un relleno sanitario funcione adecuadamente se requiere grandes inversiones, lo que dificultaría a los municipios, es por esta razón que se debe retomar lo metropolitano.
Indicó que el municipio que acoja a la planta debe recibir una compensación económica. Además, tiene que tener una institucionalidad independiente de los socios.
Se debe ganar tiempo. Paz afirmó que, en el hipotético caso de que ya se contara con un terreno, se requiere mínimamente dos años para que el primer carro basurero llegue al lugar. El plazo puede extenderse por la burocracia y las negociaciones políticas.
Gonzales recordó que, hace una década, la Gobernación pagó más de 2 millones de bolivianos a una consultora cuyo propósito era ubicar el lugar en donde se tenía que instalar el relleno sanitario metropolitano, pero no existen registros de sus resultados. “He consultado y me dijeron que es un documento desactualizado y no existe. Por lo tanto, hemos botado 2 millones”, sostuvo.
Hubo otra experiencia fallida de un nuevo botadero. El exgobernador Iván Canelas prometió la contratación de una empresa privada que entregaría la planta “llave en mano” que quedó en la nada.
Para Gonzales, el gobernador Humberto Sánchez no puede sólo mirar la situación de los municipios, sino debe actuar para evitar más contaminación ambiental en el eje, donde vive la mayoría de la población del departamento.