Viveros generan empleo y alimento, pero necesitan agua y apoyo financiero
Con una diversidad de plantas ornamentales, frutales, aromáticas y flores, la producción de los viveros en Cochabamba se multiplicó en los últimos años, pese a la falta de apoyo, de agua y de créditos.
La cantidad de viveros en Cochabamba se expandió desde la pandemia, para pasar de 150 unidades productivas a cerca de 500, según dirigentes del sector.
Javier Soliz Zaconeta, presidente de la Asociación de Viveristas Nuevo Horizonte, de Cercado, dijo que el sector creció tras la pandemia y que ahora requiere apoyo en temas de financiamiento, espacio, más ferias, carpas y sobre todo, agua.
Su asociación tiene 27 miembros, que generalmente participan de las ferias. La inversión por cada vivero puede llegar a 15 mil dólares; 10 mil para infraestructura y 5 mil para el funcionamiento.
Según cálculos, en Cochabamba los viveristas manejan entre 400 a 500 especies de plantas.
Por ejemplo, en Bella Vista y Marquina se dedican a flores, en Quillacollo hay más frutales y en Sacaba hay yerbas aromáticas, además de rosas y plantas ornamentales.
“Deben ser entre 400 especies que nosotros manejamos y distribuimos a Oruro, La Paz, Santa Cruz y Sucre. Llevamos pinos a La Paz, también especies aromáticas, al igual que Santa Cruz”, señaló.
Los viveristas cochabambinos lograron exportar algunas especies de cactus, ya que Cochabamba es pionera y la región más importantes en producción de estas especies, además de las suculentas.
La mayor cantidad de viveros se encuentra en el eje metropolitano (Sacaba, Cercado, Quillacollo, Colcapirhua, Vinto y Sipe Sipe), pero también hay viveros en el valle alto y el cono sur.
El dirigente de los viveristas de Sacaba, Javier Angulo, señaló que hay cerca de 100 emprendimientos de viveros en ese municipio y que sus principales problemas son la falta de agua y de financiamiento para equipos, ampliaciones o mantenimiento.
“Sin agua no hay plantines, veo que muchos viveros quieren cerrar porque no hay agua. Es la principal dificultad, el resto es complementario”, dijo.
Afirmó que acceder a créditos es muy burocrático. “En ese sentido, no tenemos apoyo. El Estado nos ofrece con (el programa) SIBolivia un 0,5 por ciento anual (de interés), pero es cuento porque cuando llegamos a las puertas de las financieras nos piden un montón de requisitos y suben el interés a 11 por ciento”, afirmó.
Aseveró que hay unos 500 viveros en Cochabamba y que su emprendimiento tiene 10 trabajadores, por lo que calcula que unas 5 mil familias viven del viverismo en el departamento.
Recalcó que la pandemia creó un “boom” del viverismo, pues muchas familias se dedicaron a esta actividad, ya sea porque perdieron su fuente de ingreso o porque heredaron los conocimientos de su familia o de una empresa.
“Quisiéremos que el Estado nos apoye, nosotros damos vida, que nos apoyen con financiamiento, no pedimos que nos regalen, sino que haya créditos accesibles, estamos dispuestos también a tributar, pero necesitamos apoyo”, afirmó.
Javier Rodríguez Cosío, presidente de la Asociación de Viveristas de Tiquipaya, coincidió con sus tocayos, pero complementó que la falta de espacios para ferias es otra de las dificultadas que el sector debe afrontar.
“El problema mayor es la propia competencia entre nosotros. Necesitamos más ferias zonales y distribuirlas mejor en Cochabamba. Se intentó hacer una federación pero no se llegó cumplir con los pasos legales. Eso hubiera permitido zonificar ferias grandes en distintas zonas de Cochabamba”, dijo.
Mencionó que el 100 por ciento de los productores son autogestionados y a veces resulta difícil recuperar la inversión en el tiempo debido.
“Hay proyectos ambiciosos que hemos estado pensando como asociación, lograr un supermercado de plantas, sé que hay en Santa Cruz, pero eso necesariamente es una inversión privada y sería bueno que podamos acceder a créditos así”, afirmó.
Señaló que en Tiquipaya son 20 asociados y que en el departamento calcula que hay 30 asociaciones. Los viveristas manejan entre 300 y 400 variedades de plantas.
Hay productores que envían sus plantines a La Paz, Santa Cruz y Chuquisaca. Ponderó que Cochabamba es un lugar ideal para el viverismo, por el clima y la tradición agrícola.