Dominio kitsch en el Art Basel Miami Beach
Miami |
El arte “kitsch”, ese que la Real Academia Española definió como pretencioso, pasado de moda y de mal gusto, recibe ahora al visitante del Art Basel Miami Beach, en donde no encontrará el abrigo ostentoso de Víctor Hugo, pero sí propuestas dónde reconocerse con emocionada satisfacción.
Ninguna pieza expuesta cae, por supuesto, bajo la consideración de “arte de pacotilla”. Si en la pasada edición poner una mochila en el suelo o colocar una sartén en un hornillo resultaron “performances” dignas de exhibirse, este año los deslumbramientos no son inferiores.
Art Basel Miami Beach, el escaparate mediático y la feria de arte más importante de las Américas, que permanecerá abierta hasta mañana, se apunta al regusto romántico con piezas que responden con creces al propósito del espíritu “kitsch”: crear una experiencia de intimidad entrañable, colectiva, alejada de cualquier refinamiento.
Pues bien, la instalación “I was born to do great things” (Nací para hacer grandes cosas), de la artista estadounidense Mickalene Thomas (New Jersey, 1971), cumple con esta premisa de forma avasalladora.
Sobreviene luego el dúo de sillas playeras de las artistas brasileñas Cibelle Cavalli Bastos (1978) y Patricia Leite (1955), de muy difícil amnistía.
Entre los objetos artísticos “kitsch” favoritos figura también el iluminado despliegue de banderas europeas, de Oriente Medio y de EEUU, obra del holandés Constant Dullaart o la esmaltada bandera estadounidense con destellos sobre hilo titulada “Rainbow American Flag for Jasper in the Style of the Artist’s Boyfriend” (2014), de Jonathan Horowitz.