Quitarle cinco ceros al bolívar y otras medidas desesperadas

Venezuela recurrió a medidas desesperadas para detener un colapso económico ayer eliminando cinco ceros al bolívar, devaluando la moneda en un 95 por ciento y anclándola a una desconocida criptomoneda estatal.

Los opositores al Gobierno socialista de Nicolás Maduro han convocado huelgas y protestas para hoy, cuando las tiendas y las instituciones financieras vuelvan a abrir después de que el Gobierno utilizó los días festivos para implementar la drástica reforma.

Mientras intenta frenar la hiperinflación, que según algunas fuentes es la peor en la historia de América Latina, el Gobierno también está recortando los subsidios al combustible y elevando el salario mínimo en un 3 mil por ciento.

La inflación anual ha alcanzado más de 80 mil por ciento y el Fondo Monetario Internacional pronostica que llegará al millón este año. Los precios se duplican cada cuatro semanas, haciendo la vida desesperadamente difícil para millones de venezolanos pobres, muchos de los cuales pasan hambre o huyen del país.

“No tenemos idea de lo que va a suceder o de cómo van a ser los precios ahora”, dijo Ramón Suárez, un empleado de un restaurante de 37 años de edad mientras se preparaba para lo que promete ser una semana tumultuosa marcada por confusión, frustración y posiblemente violencia. “Podría ser mejor si cerramos el negocio por completo”.

“Quiero que el país se recupere y tengo la fórmula”, afirmó Maduro a los venezolanos en un discurso televisado el viernes por la noche. “Confíen en mí”.

Hoy, los venezolanos verán la introducción de su nueva moneda, renombrada como “el bolívar soberano”. El billete más grande (500 bolívares) tendrá un valor de 50 millones de bolívares antiguos, aproximadamente ocho dólares a la tasa actual del mercado negro. Además de una posible confusión entre las monedas, los bolívares antiguos y nuevos se usarán al mismo tiempo hasta que se eliminen los antiguos.

Maduro dice que el nuevo bolívar estará anclado al petro, una criptomoneda estatal que lanzó con gran fanfarria este año. Cada petro valdrá 60 nuevos bolívares, y cada petro tiene un valor de 60 dólares, dijo. Eso implica una devaluación de la moneda de alrededor de 95 por ciento con respecto a la tasa de cambio oficial de aproximadamente 250 mil bolívares viejos frente al dólar.

Los analistas atacaron el plan por ser una farsa, señalando que el petro no se cotiza en ninguna plataforma de negociación reconocida y puede ser emitido a voluntad por el Gobierno.

Steve Hanke, experto en inflación de la Universidad Johns Hopkins en Estados Unidos, dijo que la hiperinflación persistiría hasta que el Gobierno de Maduro adoptara una junta monetaria o aceptara la dolarización, lo cual es poco probable ya que Caracas considera que Washington es la causa de sus problemas económicos.

EM Funding, una consultora con sede en Londres, dice que Venezuela ha alcanzado dos récords no deseados en los últimos años: la tasa de inflación más alta jamás registrada en América Latina y “la caída más abrupta en la actividad económica sufrida por cualquier país latinoamericano en los últimos 40 años”.

Citando datos del FMI, dijo que la tasa de inflación anual de julio del 83 mil por ciento superó el récord anterior establecido en Nicaragua a principios de 1991, mientras que la economía venezolana se había contraído un 47 por ciento en los últimos cinco años. Esto es peor que las profundas recesiones en Perú a principios de la década de 1990 y en Argentina a principios de la década de 2000.

Henkel García, analista de Econométrica en Caracas, dijo que ahora pronostica que habrá una inflación de entre 300 mil y 400 mil por ciento en 2018, “pero en verdad es imposible hacer pronósticos con una variable tan volátil”.

El gran aumento en el salario mínimo es para compensar a los trabajadores por los vertiginosos aumentos de precios y entrará en vigencia el próximo mes. Impulsará el salario mínimo mensual de menos de un dólar a alrededor de 30. Los dueños de negocios dicen que tendrá un impacto devastador en la cantidad de personas que pueden emplear.

También se implementarán recortes en los subsidios a los combustibles. Hasta ahora, los subsidios han sido tan generosos que la gasolina es prácticamente gratuita en Venezuela, creando un vasto comercio de contrabando a través de la frontera hacia Colombia. Maduro dice que el contrabando cuesta  a Venezuela 18 mil millones de dólares al año . Agrega que quiere aumentar los precios en las gasolineras a niveles internacionales y redirigir los subsidios directamente a las personas a través de bonos pagados mediante transferencias electrónicas al “Carnet de la Patria”, una tarjeta emitida por el Estado el año pasado. Cerca de 17 millones de venezolanos, más de la mitad de la población, ahora tienen la tarjeta.

Los críticos dicen que la movida es sólo otra medida a través de la cual el Estado puede controlar quién recibe los subsidios y quién no, de acuerdo con sus lealtades políticas.

“Parece que estamos bailando sobre un barril de pólvora”, dijo Juana González, una jubilada de 66 años de edad. “En algún momento va a explotar”.