Monopol cumple 70 años y proyecta una planta en Cochabamba

Monopol, la mayor industria de pinturas del país, acaba de cumplir 70 años de vida con una serie de hitos, como inaugurar la sucursal número 21 del país, ofrecer a sus clientes 36 nuevos colores inspirados en las obras de artistas bolivianos, retomar la exportación y planificar la apertura de su tercera planta industrial en Bolivia, factoría que estaría ubicada en el departamento de Cochabamba.

Así lo confirmó en entrevista con este medio, el gerente regional de Monopol, Mauricio Barrientos, quien, por estrategia empresarial, evitó adelantar cifras y fechas, aunque confirmó que el proyecto se consolidará para 2019.

Monopol tiene actualmente 2 plantas, una en La Paz y otra en Santa Cruz, además de 21 sucursales propias y más de 4 mil puntos de venta en todo el país, estructura que ha dado empleo directo a más de 450 personas y empleo indirecto a unas 15 mil en todo el país.

A los clientes, en tanto, se les ha ofrecido más de 250 productos, entre pinturas, barnices, material anticorrosivo, pintura industrial y combinaciones especiales, para lo cual se provee de materia prima de 25 partes del mundo.

En Cochabamba, se tienen dos sucursales (la segunda fue inaugurada el pasado jueves en la avenida Portales) y más de 1.500 puntos de venta.

Según el Gerente, la empresa, además, se avala con estudios que confirman que cuenta con el 75 por ciento del mercado nacional. También representa a marcas muy fuertes a nivel mundial.

La historia de Monopol comenzó hace 70 años, cuando los hermanos Vlastimil y Denis Raznicek (de origen checo) fundaron Monopol Ltda. En 1975, el primero de ellos instaló en La Paz una moderna planta de producción, implementando también un departamento de desarrollo e investigación, hecho que marcó una nueva etapa en la historia de la empresa.

A fines de 1990, modernizó sus sistemas comerciales y de distribución y construyó su segunda planta industrial, esta vez en Santa Cruz.

Según Barrientos, Monopol llega a todas las ciudades del país e incluso, en algún momento, se cruzó a Perú. Volver a los mercados externos está entre los proyectos prioritarios de la empresa, lo que probablemente ocurra en la gestión 2019.

Además, la empresa ha tenido certificaciones y reconocimientos nacionales e internacionales, entre los que sobresale el sello de Ibnorca ISO 9001, que aseguran a los clientes la calidad del producto, desde la obtención de la materia prima hasta la venta al cliente final.

Uno de los últimos productos ofertados es la pintura anticorrosiva Satín Forja, que, por sus singulares características, está siendo muy demandada entre los clientes.

Según Barrientos, la empresa cuenta con un departamento de investigación que asesora sobre los nuevos productos y colores, pero que además verifica el funcionamiento tecnológico de las plantas, al punto de que cada tres o cuatro años se renuevan los equipos. Todo este proceso está controlado por estrictas prácticas ambientales de los desechos conforme a normas ambientales bolivianas e internacionales.

Finalmente, Monopol desarrolla programas de responsabilidad social, de pintado de hospitales y escuelas públicas, proceso que muchas veces va acompañado de refacciones, colocado de puertas y pizarras y donación de materiales.

PINTEC, UN ESPACIO DE ASESORAMIENTO

Monopol cuenta con espacios a los que denominó Pintec (Pintura y Tecnología), que son tiendas que, además de ofrecer el producto brindan a los clientes asesoramiento en decoración de los inmuebles y empleo de las pinturas.

El proyecto fue gestado por Patricia y Cristian Reznicek, en La Paz en 1996 y replicado dos años después en Cochabamba.

Según explica Cristian Reznicek, el proyecto fue un nuevo concepto, que surgió de la idea de dar al cliente el color que éste quería.

Al principio, según cuenta, causaba extrañeza la idea, pero con el tiempo fue pegando entre la clientela hasta consolidarse como un éxito en el mercado nacional.