Gobierno opta por campos maduros y expertos sugieren crear incentivos
En medio de una creciente importación de combustibles, que entre enero y noviembre de 2020 alcanzó un valor de 669 millones de dólares, el Gobierno nacional anunció la implementación de una estrategia de reactivación de campos maduros que tengan potencial de producción de petróleo.
Especialistas en el sector destacan la decisión gubernamental, aunque consideran fundamental la creación de normas que incentiven la inversión, puesto que, de lo contrario, es posible que el costo de producción de cada barril de petróleo sea superior al que pagan las refinerías.
El pasado lunes, durante el acto de celebración de los 84 años de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), el ministro de Hidrocarburos, Franklin Molina, anunció que se proyecta “la implementación de una estrategia de reactivación de campos maduros o que finalmente han sido cerrados y tienen potencial de producción de petróleo, lo que permitirá una disminución de la subvención de combustibles”.
Al respecto, el analista en energías Francesco Zaratti considera que la primera tarea que debe realizar la estatal petrolera es evaluar cuáles son los campos maduros, cuánto de petróleo residual se podría obtener de ellos y a qué costo.
“Sin ese estudio, no vale la pena ni que Yacimientos y menos las empresas privadas se metan a recuperar petróleo, máxime cuando los incentivos para producir petróleo en esas condiciones poco favorables, que no son óptimas, hacen que el precio de recuperación pueda ser mucho más alto que el precio que pagan las refinerías para recibir ese petróleo”, explicó Zaratti.
Según datos de la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH), en Bolivia hay al menos 30 campos petrolíferos. Todos se encuentran en Santa Cruz, Cochabamba, Tarija y Chuquisaca.
Por su parte, el analista en hidrocarburos de la Fundación Jubileo, Raúl Velásquez, considera que la reactivación de campos maduros ayudaría a paliar el déficit de líquidos en Bolivia, que se traduce en la creciente importación de combustibles como diésel y gasolina.
Explica que el tiempo de recuperación de la producción dependerá de las técnicas y la tecnología utilizada, pero considera que es posible que, en el lapso de aproximadamente un año, el país cuente con una producción adicional de petróleo proveniente de campos maduros.
Sin embargo, Velásquez cree que la creación de incentivos por parte del Ministerio de Hidrocarburos es fundamental para lograr el mencionado propósito, ya que las condiciones actuales no son las mejores para incentivar la inversión pública y menos privada.
Producción cayó en 41% en seis años
Según datos del Centro Nacional de Información Hidrocarburífera (CNIH) de YPFB, la producción de petróleo en Bolivia en junio de 2020 llegó a 38.929 barriles por día (BPD), lo que implica una reducción de aproximadamente un 41 por ciento en relación a la producción alcanzada en 2014, cuyo volumen superó los 65 mil BPD.
En opinión del analista en hidrocarburos de la Fundación Jubileo, Raúl Velásquez, todos los campos petrolíferos se encuentran en declinación desde hace muchos años, puesto que vienen siendo explotados desde hace al menos cuatro décadas.