Perspectiva de calificación crediticia de Bolivia baja de estable a negativa
La agencia estadounidense S&P Global Ratings cambió la perspectiva de calificación de riesgo de Bolivia de estable a negativa. La valoración se sustenta en la caída del Producto Interno Bruto (PIB), el aumento del endeudamiento externo y el elevado déficit fiscal.
Aunque de momento se trata de un cambio en la perspectiva, la agencia internacional no descarta bajar la calificación de riesgo del país en los próximos 6 a 18 meses. Expertos afirman que, en ese caso, Bolivia tendría mayores dificultades para acceder a créditos externos y deberá pagar tasas de interés más elevadas.
S&P Global Ratings resalta el incremento de la deuda externa que probablemente llegue al 50 por ciento del PIB en 2021, pese a que en 2019 solamente alcanzaba al 29 por ciento.
“Las debilidades institucionales, caracterizadas por una toma de decisiones centralizada, una débil independencia de las instituciones, controles y equilibrios bajos y un panorama político polarizado, limitan la visibilidad de las políticas futuras”, dice el documento publicado por la calificadora.
En opinión del economista Gabriel Espinoza, en caso de que la situación económica del país continúe con un marcado déficit fiscal, reducción de ingresos externos, limitaciones y cupos a las exportaciones, así como banda de precios para el mercado interno, en los próximos meses habrá una reducción de la calificación de riesgo crediticio.
El descenso en la calificación, según el analista, tendría un impacto en el costo de los bonos soberanos que emitió Bolivia en el mercado internacional en 2012, 2014 y 2018. “Si habría una reducción en la calificación, seguramente la prima que exigen los dueños de estos bonos aumentaría y, por lo tanto, el costo de esta deuda subiría”, dijo.
También advirtió el mismo efecto para los nuevos bonos soberanos que el país prevé colocar en la presente gestión por un monto de 3.000 millones de dólares.
“El gran problema que tenemos es el desbalance en las cuentas públicas que está impactando en las reservas internacionales y por lo tanto genera desequilibrios económicos que pone en duda el pago de la deuda externa”, agregó Espinoza.
Por su parte, el economista Walter Morales afirma que el cambio de perspectiva de estable a negativa que hizo S&P Global Ratings se explica por tres motivos fundamentales: deteriores de las cuentas externas, elevado nivel de endeudamiento y debilidad institucional.
Explicó que los dos primeros motivos surgen por el impacto global de la pandemia y el riesgo inminente de nuevas olas, lo cual obligó a los gobiernos a recurrir al endeudamiento. Sin embargo, observó que, en el caso de la economía boliviana, no hay reacción positiva y aún faltan recursos externos.
En cuanto al tercer factor, Morales espera que el Gobierno tenga la capacidad de construir consensos y mirar hacia adelante con la urgencia y altura que requiere la situación.
Prevén crecimiento del PIB en 4,7% en 2021
La calificadora S&P Global Ratings proyecta que una contracción de 7,6 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) para 2020 -aún no hay datos oficiales al cuarto trimestre- y un repunte del 4,7 por ciento para 2021, mientras que la proyección para 2022 y 2024 tiene un promedio de 3,3 por ciento.
“La economía de Bolivia debería recuperarse a su nivel anterior a la pandemia para fines de 2022”, dice el informe de la agencia internacional.
El crecimiento del 4,7 por ciento para 2021 estará impulsado por una mayor demanda interna, incluyendo el gasto social y de infraestructura.