El área rural sufre más hambre, pese a producir el 60% de los alimentos
El área rural en Bolivia posee los índices más altos de hambre, pero, contradictoriamente, es la zona que más alimentos produce para la canasta familiar, de acuerdo al informe del Índice Global del Hambre 2022.
El índice de hambre en el área rural llegó a 18,6 puntos en 2021, lo cual equivale a una escala moderada, pero casi llegando a grave; mientras que, en el mismo año, en el área urbana se alcanzó a 7,4 puntos, equivalentes a un nivel bajo de hambre.
El nivel de hambre en el área rural disminuyó considerablemente desde 1998, cuando se registraba 42,3 puntos, igual a un nivel alarmante. Pero la situación actual resulta, de todas maneras, contradictoria. Esto tomando en cuenta que el 60 por ciento de los alimentos de la canasta familiar boliviana proviene de las áreas rurales.
Por ello, para seguir alimentando al país, "es fundamental que exista un apoyo constante y políticas públicas que protejan este tipo de producción y a quienes la realizan", señala el documento elaborado por diferentes organizaciones.
El director del Programa País de Helvetas Swiss Intercooperation Bolivia, Richard Haep, resaltó que se debe alentar, apoyar y valorizar más a estas áreas, ya que ellas "nos alimentan".
La razón por la que este sector sufre mayor desnutrición y hambre se explica por dos factores, según Haep. El primero se debe a los bajos ingresos que dificultan el acceso a alimentos variados y nutritivos.
"En el área rural, no hay salud, educación ni oportunidades laborales. Eso lleva a la migración a la ciudad, con el consiguiente riesgo de perder productividad alimentaria y empezar a importar más alimentos, lo cual va en contracorriente a la soberanía alimentaria", dijo Haep.
En el año 2000, Bolivia ocupaba el puesto 19 de 21 países en cuanto a calidad de nutrición y acceso a alimentos. En 2022, Bolivia subió al puesto 15 (ver infografía). Esto representó una mejora, pero siguen existiendo diferencias preocupantes entre regiones dentro su territorio.
"Tales brechas están presentes por muchos años, y cerrarlas requiere medidas más focalizadas", señala el IGH.
La directora del Programa País Ayuda en Acción, Isabel Cajías de la Vega, apuntó al problema de la poca diversificación del consumo de alimentos en el altiplano. Esto se debe a falta de ingresos económicos y de costumbre para acceder a ciertos alimentos. "En el altiplano se consume más papa y arroz, y menos carne y fruta", dijo.
Esta deficiencia, según Cajías de la Vega, podría trabajarse en las familias a través de la educación, tanto para las familias como para las personas en edad escolar. Uno de los elementos en los que se puede hacer mayor incidencia desde el Estado es en el desayuno escolar, dijo la investigadora.
Proponen un cambio de sistema
El informe del Índice Global del Hambre 2022 recomienda transformar los sistemas alimentarios y su gobernanza desde lo local.
El director del Programa País de Helvetas Swiss Intercooperation Bolivia, Richard Haep, dijo que, en el mundo globalizado en el que vivimos, los alimentos se han convertido en una mercancía internacional, cuyo transporte entre continentes no tiene rentabilidad. "Esto, económicamente, no sería factible sin subsidios ambientales", indicó.
Asimismo, se debe tener en cuenta la demanda de recursos naturales, principalmente el agua y combustibles fósiles, para generar alimentos, pues esto representa también daño ambiental.