Viceministro Hurtado: Los biocombustibles ayudarán a reducir la subvención en el país
El viceministro de Industrialización, Comercialización, Transporte y Almacenaje de Hidrocarburos, Adams Hurtado, afirmó que el Gobierno está implementando diversas estrategias para reducir la subvención a los combustibles, mediante la incorporación de biocombustibles y una robusta campaña de comunicación antes del referéndum propuesto por el presidente Luis Arce. Este proceso busca educar a la población sobre los impactos económicos y sociales de mantener o eliminar la subvención.
En una entrevista con Los Tiempos, Hurtado se refirió al complejo y sensible tema de la subvención a los combustibles en Bolivia.
Los Tiempos (LT): Viceministro, dado que el tema de la subvención a los combustibles es muy sensible, ¿qué estrategias están considerando para informar y socializar a la población antes del referéndum?
Adams Hurtado (AH): Mire, el tema de la subvención es bastante álgido y complejo. Nosotros en el sector hidrocarburos estamos trabajando arduamente, primero, porque hemos planteado alternativas para la disminución de la subvención. Usted sabe que importamos un 85% de diésel y un 40-45% de gasolina. Hemos incorporado aditivos de origen vegetal, como el etanol anhidro, que actualmente mezclamos con nuestras gasolinas. Casi todas nuestras gasolinas ya tienen un 12% de etanol, lo cual es volumen que dejamos de importar. En el caso del biodiésel, estamos trabajando con plantas en Santa Cruz y El Alto, produciendo casi 1.500 barriles diarios, con una proyección de alcanzar los 12.000 barriles diarios con nuevas plantas. Estas políticas sostenibles nos permitirán un ahorro significativo en la subvención.
LT: Este tema es de gran importancia para la población. ¿Cómo planean ustedes comunicar estos avances y la importancia de la subvención al público general?
AH: Estamos trabajando en una campaña de comunicación robusta que incluye medios tradicionales y digitales. Queremos que la población entienda no solo los números, sino también el impacto directo en sus vidas. Por ejemplo, cada boliviano está contribuyendo, a través de sus impuestos, con cerca de 2.000 millones de dólares anuales para mantener esta subvención. Es esencial que todos comprendan cómo estos recursos podrían ser reorientados hacia otros sectores vitales, como la salud, educación y obras públicas. La transparencia y la educación son claves en este proceso.
LT: ¿Cuáles serían las consecuencias económicas y sociales más inmediatas si se elimina la subvención de los combustibles en Bolivia?
AH: La eliminación de la subvención debe ser una política consensuada. Hay sectores sociales que piden su eliminación, pero esto tendría efectos inmediatos, como el incremento de los precios del diésel y la gasolina. Actualmente, importamos gasolina a un costo de 8 y 9 bolivianos por litro, pero la vendemos a 3,72 bolivianos. Sin la subvención, los precios aumentarían significativamente. Es crucial medir estos efectos con todas las instancias pertinentes y seguramente la población evaluará y decidirá en el referéndum si se elimina o no la subvención. También debemos considerar los efectos inflacionarios y cómo impactaría esto en el costo de vida de los ciudadanos, especialmente en los sectores más vulnerables.
LT: ¿Cómo planea el Gobierno mitigar el impacto sobre los sectores más vulnerables de la sociedad en caso de que se levante la subvención?
AH: Estamos introduciendo nuevos combustibles, como la gasolina Premium Plus y Ultra Premium 100 para que la gente tenga opciones. Sin embargo, esto no significa que estamos levantando la subvención. La idea es ofrecer alternativas de alta calidad para que la población pueda elegir según sus necesidades. En cuanto a mitigar el impacto, esto debe ser analizado globalmente y decidido mediante el referéndum. La política nacional debe ser elegida por la mayoría de los bolivianos.
Estamos conscientes de que el alza en los precios de los combustibles tendría un efecto dominó en otros productos y servicios. Por eso, además de ofrecer alternativas de combustibles, estamos diseñando programas de apoyo y subsidios específicos para los sectores más afectados, como el transporte público y la agricultura, para amortiguar el golpe económico que podría generar un aumento en los precios de los combustibles.
LT: Viceministro, ¿cómo se determinó que el referéndum es el mejor mecanismo para decidir sobre la subvención a los combustibles?
AH: Esto es competencia de análisis de otras carteras de Estado. La decisión de mantener o eliminar las subvenciones también está influenciada por las fluctuaciones del precio internacional del petróleo. Históricamente, el precio del petróleo ha tenido un impacto directo en el costo de la gasolina y el diésel a nivel internacional, pero en Bolivia, los precios se han mantenido fijos gracias a la subvención, lo que ha incrementado los costos de subvención debido a la diferencia de precios. Es fundamental que una decisión de esta magnitud sea consultada con la población, ya que afecta a todos los bolivianos. Un referéndum garantiza que la voz de la ciudadanía sea escuchada y respetada.
LT: ¿Qué papel juegan las fluctuaciones del precio internacional del petróleo en la decisión de mantener o eliminar las subvenciones?
AH: Las fluctuaciones del precio internacional del petróleo son un factor crítico. Cuando los precios internacionales suben, la diferencia entre el costo de importación y el precio subvencionado se agranda, incrementando el costo de la subvención para el Estado. Por ejemplo, durante los últimos años hemos visto una tendencia al alza en los precios internacionales, lo que ha puesto una presión adicional en nuestras finanzas. Sin embargo, nuestros precios internos se han mantenido constantes gracias a la subvención. Esta diferencia es lo que hace que el costo de la subvención aumente cada año.
LT: ¿Cuánto se pretende disminuir la importación de diésel con el biodiésel?
AH: Con las plantas actuales y las que estamos planificando, pretendemos sustituir alrededor del 30% de las importaciones de diésel, con una proyección a mediano plazo de alcanzar el 45-50% de sustitución con biodiésel y producción nacional. Estamos trabajando de manera ardua y rápida para concretar estas plantas y asegurar que el 100% de las importaciones puedan ser sustituidas con producción nacional. Esta es una meta ambiciosa, pero creemos que, con la colaboración del sector privado y una política de incentivos adecuada, podemos alcanzarla.
LT: La planta de Santa Cruz que fue inaugurada en diciembre del año pasado, ¿cuántos barriles está produciendo actualmente?
AH: La capacidad máxima de producción de la planta es de 1.500 barriles diarios y ya hemos alcanzado esa cifra. Esta producción está siendo almacenada y en los próximos días comenzaremos a mezclarla con diésel convencional para su distribución en el mercado. Estamos muy orgullosos de este avance, ya que es un paso significativo hacia la autosuficiencia energética del país.
LT: ¿En cuánto tiempo estaríamos en condiciones como país de tener ese 45% de cobertura con biodiésel?
AH: Estamos trabajando de manera muy ardua con el sector privado, incluso elaborando cronogramas conjuntos para ver cómo podemos implementar la producción de aceite y otros insumos necesarios para el biodiésel. No solo dependemos del aceite de soya; también estamos explorando la palma aceitera y aceites reciclados. Esta política es una alianza público-privada en la que Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) asegura el mercado para incentivar la producción. Aunque es difícil dar una fecha exacta, estamos comprometidos a avanzar lo más rápido posible.
LT: Finalmente, si el referéndum opta por mantener el precio subvencionado de los combustibles, ¿qué cambios se contemplan para hacer más eficiente su implementación y minimizar el contrabando?
AH: Sin importar los resultados del referéndum, estamos trabajando en que los combustibles que actualmente producimos sean 100% nacionales. Estamos implementando medidas de seguridad y control, como GPS en las cisternas y nuevos precintos de seguridad. Además, estamos intensificando el Plan Soberanía junto con otras instancias para combatir el contrabando y el comercio informal.
Estamos comprometidos en reducir el contrabando de combustibles, que es un problema grave. Hemos implementado medidas, como los decretos 4910 y 4911, para controlar la demanda interna y asegurar que los combustibles subvencionados no se desvíen al contrabando. Además, estamos trabajando en incrementar la producción nacional de crudo para reducir nuestra dependencia de las importaciones. Estas políticas son integrales y requieren la colaboración de múltiples sectores y la voluntad de todos los bolivianos.