Anapo exige al Gobierno agilizar certificación para iniciar exportación de soya
La Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo) urgió al Gobierno a emitir de manera inmediata el Certificado de Abastecimiento Interno y Precio Justo, un requisito indispensable para la exportación de soya, conforme lo establece el Decreto Supremo 3920 de 2019. La falta de este documento, pendiente desde enero, afecta a miles de productores y pone en riesgo la estabilidad del sector agrícola boliviano.
En conferencia de prensa, el presidente de Anapo, Fernando Romero, advirtió que la demora en la certificación impide la exportación del 60% de la producción de soya correspondiente a la campaña 2023-2024, generando incertidumbre y pérdidas económicas. “La exportación directa es vital para los pequeños productores y garantiza la sostenibilidad del sector. El Gobierno debe cumplir su rol y eliminar trabas burocráticas”, enfatizó.
Anapo sustenta su demanda en los siguientes puntos:
1. Abastecimiento interno garantizado: A pesar de las adversidades climáticas, la producción de soya superó los dos millones de toneladas, mientras que la demanda local ronda las 800 mil toneladas, lo que deja un excedente disponible para la exportación.
2. Precios justos para los productores: La imposibilidad de acceder a mercados internacionales presiona a la baja los precios locales, afectando especialmente a pequeños y medianos productores que ya enfrentan costos crecientes.
3. Estabilidad para la recuperación del sector: Tras una sequía devastadora en 2023, los agricultores proyectan una cosecha de 2,5 millones de toneladas para la campaña 2024-2025, pero necesitan reglas claras para sostener su recuperación.
4. Impacto positivo en la economía: La exportación de soya genera empleo y divisas, beneficiando no sólo a los productores, sino también a toda la cadena agroindustrial y a la economía nacional.
Preocupación
El gerente de Anapo, Jaime Hernández, denunció que, pese a la vigencia del DS 3920, el Viceministerio de Comercio Interno no ha emitido el certificado, paralizando las exportaciones desde enero. “Cada día de demora perjudica a los productores, especialmente a los pequeños, que ya enfrentaron sequías y escasez de insumos el año pasado”, señaló.
El retraso también pone en riesgo relaciones comerciales clave con países como Perú y Argentina, donde Bolivia había logrado recuperar mercados.