La función social de los bosques nativos en Cochabamba
Sandra De Berduccy
Artista e investigadora del Textil
La siguiente nota surge para aclarar el “mal entendido” en relación a los bosques nativos y su supuesta carencia de función social en nuestro medio.
Es común calificar a estos bosques de “tierras sin uso”, cuando el uso social de estos bosques no tiene que ser medido por el valor monetario del producto que de ellos se extrae, sino en relación con las amplias funciones reguladoras, de protección y también productivas que el bosque desempeña en el ecosistema.
El conjunto de bosques de valles secos va desde Cochabamba hasta Tarija y sur de La Paz. Se localizan mayormente entre los 1.500 y 3.000 msnm, donde 1.300 especies de plantas registradas 16 por ciento del total son endémicas de Bolivia.
Esta diversidad de flora constituye refugio para incontables especies de aves, incluyendo especies endémicas, que sólo existen en Bolivia, como la Cotorra Boliviana (Myiopsittaluchsi) y el Tordo Boliviano (Oreopsarbolivianus), y otras especies propias, como el Soldadito Gris y el Periquito aymara.
Así mismo, diversidad de fauna nativa zorros, comadrejas, K´itaQois, además de murciélagos polinizadores, anfibios y múltiples familias de insectos como son Ortópteros y Cigarras, todos ellos cruciales en el funcionamiento interno del ecosistema.
Tiene importantes funciones reguladoras que están relacionadas con el ciclo del agua ya que allí se albergan también vertientes y salitrales, que son el inicio de las cadenas hídricas más importantes de Bolivia, además de atraer y regular las lluvias y brindar protección contra los vientos e inundaciones.
Desde tiempos antiguos, estos bosques, fueron utilizados como tierras de pastoreo, donde el ganado se puede alimentar de hojas y semillas.
Siendo esta la función de los bosques que se debería conservar como modelo productivo, que se incluye también en la cadena de producción textil. Estos bosques nativos de Bolivia, están actualmente desprotegidos, sin leyes, ni instituciones efectivas que los conserven, son objeto de una destrucción sistemática en nombre de la agricultura y de la urbanización, con criterios exclusivamente económicos, lo que los hace blanco fácil de loteadores que están entrando impunemente a estas zonas, incendiando y arrancando de raíz bosques antiguos.
Los ciudadanos urbanos y rurales no debemos dar la espalda a la verdadera importancia que cumplen estos bosques, ya que ningún programa de reforestación reemplazará a los bosques nativos, su flora, su fauna, sus vertientes y las raíces de nuestra memoria.
NOTA.- Este artículo del colectivo No a la tala de árboles Cochabamba es presentado a través de su comisión de Educación.