Los artífices de las negociaciones en los últimos cuatro años
Humberto De la Calle Lombana, el jefe negociador del Gobierno colombiano en los diálogos de paz con las FARC, es un jurista apegado a la ley y las instituciones al que algunos ven como potencial candidato presidencial en 2018.
Nacido el 14 de julio de 1946 en Manzanares, municipio del departamento cafetero de Caldas, en el centro del país, De la Calle ha encabezado durante 44 meses a la delegación oficial en La Habana y respondido en Colombia las críticas al proceso de paz que se espera que se firme en los próximos días o semanas.
Con contundencia y una postura académica, De la Calle ha explicado en diferentes foros el acuerdo de paz que las partes terminaron de negociar como algo “realista” para que en el país “nunca más haya política con armas”.
En esa tarea, De la Calle ha sido enfático en criticar “las tremendas imprecisiones en las que incurren los opositores al proceso”, al denunciar una supuesta impunidad o concesiones en materia política o de propiedad privada.
Por su trabajo en La Habana y la firmeza con que ha defendido su convicción de que es posible terminar mediante el diálogo más de medio siglo de conflicto armado, ha vuelto a sonar a sus 70 años como posible aspirante a la Presidencia colombiana en 2018 para aplicar los acuerdos que negoció con las FARC.
El profesor
Luciano Marín Arango, jefe del equipo negociador de las FARC en los diálogos de paz, empezó ganándose la vida como profesor de primaria y después de más de 30 años en las filas guerrilleras, ya con el alias de Iván Márquez, terminó convertido en uno de los artífices del acuerdo de fin del conflicto.
Considerado un radical en las filas de esa guerrilla, Iván Márquez escaló hasta convertirse en el número dos de las FARC y en los diálogos de La Habana fue durante 44 meses el encargado de defender las tesis de ese grupo armado como contraparte de la delegación del Gobierno.
Con el paso del tiempo y los avances del proceso, “Iván Márquez”, de 61 años, reconoció que las FARC estaban dispuestas a dejar atrás el odio que durante más de medio siglo cubrió de sangre al país.
“La ley del talión no nos va a llevar a la paz en Colombia”, aseguró en una ocasión al referirse a la actitud de algunos opositores de las negociaciones.
Tras la muerte durante una operación militar del máximo jefe de la FARC, Guillermo León Sánchez, alias “Alfonso Cano”, en noviembre de 2011, se produjo una reorganización de los cuadros de mando de esa guerrilla.
Fue entonces que Rodrigo Londoño Echeverri, alias “Timochenko” se convirtió en nuevo líder y “Márquez” quedó como segundo al mando.
En 2012, cuando el presidente Juan Manuel Santos tendió la mano a las FARC para una negociación de paz, Iván Márquez fue designado jefe de esa guerrilla en los diálogos de La Habana, donde vive desde entonces.