EEUU y Japón sellan su alianza en Pearl Harbor sin perdones mutuos
TOKIO |
El presidente de EE.UU., Barack Obama, y el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, sellaron hoy la "fuerte" alianza de ambos países durante una visita a Pearl Harbor (Hawai) pese a que el líder nipón evitó disculparse por el ataque perpetrado a la base naval, como tampoco lo hizo Obama en mayo en Hiroshima.
Ambos mandatarios visitaron el monumento USS Arizona, erigido en la bahía de la base naval y en el que descansan 1.102 de los 1.177 marines y marineros caídos en ese acorazado durante el ataque nipón a Pearl Harbor, en el que en total murieron más de 2.400 militares estadounidenses.
En el monumento, Abe arrojó pétalos al mar en honor a los caídos ese 7 de diciembre de 1941 en el ataque que marcó la entrada, al siguiente día, de Estados Unidos a la Segunda Guerra Mundial.
Shizuhiko Haraguchi, de 95 años, un exmarino japonés cuya unidad participó en el ataque de Pearl Harbor hace 75 años, declaró al canal TV Asahi que el mensaje de reconciliación de Abe le "colmó de emociones profundas".
Kuniyoshi Takimoto, de la misma edad, un exmecánico de aeronaves de la marina que se unió a la flota japonesa para el ataque, consideró por su parte que fue "un bonito mensaje que reflejó bien los sentimientos de estadounidenses y japoneses".
Lamentó, sin embargo, que estas palabras de Abe choquen "con lo que está haciendo, como permitir que soldados japoneses vayan a una zona de conflicto al extranjero, y eso por primera vez" desde el final de la Segunda Guerra Mundial.
Abe ha impulsado una reforma de la legislación sobre seguridad nacional para reinterpretar una parte de la Constitución pacifista y ampliar las prerrogativas exteriores de las fuerzas de autodefensa, como se denomina a las fuerzas armadas japonesas.
Takimoto se interrogó sobre lo que ocurrirá tras la partida de Barack Obama, un presidente en fin de mandato que selló la reconciliación con Abe en Pearl Harbor.
Gratitud hacia Estados Unidos
"No sé lo que serán las relaciones nipoestadounidenses cuando Trump esté en el poder", dijo el nonagenario.
El homenaje de Abe a las víctimas del ataque japonés de diciembre de 1941 y el hecho de que elogiara la relación de aliados de los dos países fueron percibidos por los politólogos como una señal dirigida al sucesor de Obama.
"Trump citó en varias ocasiones la alianza nipoestadounidense durante su campaña y Abe quiso notificarle que era inquebrantable", comentó un periodista de Nippon Television.
El magnate inmobiliario cuestionó públicamente los términos de esta relación bilateral, forjada después de la guerra y de siete años de ocupación de Japón por parte de los estadounidenses.
El presidente electo republicano dio a entender que Japón debería contribuir más a la financiación de su defensa para conservar la protección estadounidense.
En su discurso, Abe no se olvidó de dar las gracias a Estados Unidos por su ayuda a la reconstrucción de un Japón que salió exangüe del conflicto.
Para Takashi Ryuzaki, profesor de la Universidad Ryutsu Keizai, es una forma de ganarse a los estadounidenses que eligieron a Trump, paladín del orgullo patriótico: "En lugar de pedir disculpas, Abe optó por un mensaje de gratitud hacia Estados Unidos".
El primer ministro japonés tendrá que entenderse con el nuevo inquilino de la Casa Blanca y ya dio un primer paso cuando se convirtió en el primer dirigente que se reunió con Trump poco después de su victoria electoral de noviembre.
El portavoz del gobierno japonés, Yoshihide Suga, se mostró tranquilizador: "Pensamos que la relación nipoestadounidense no va a cambiar, incluso con la entrada en funciones de la administración Trump", insistió el miércoles por la mañana.
Según la prensa nipona hay negociaciones en curso para un nuevo encuentro entre Abe y Trump una semana después de la toma de posesión del nuevo presidente estadounidense.