Trump ordena militarizar la frontera con México por caravana
El presidente estadounidense, Donald Trump, acusó ayer a las autoridades mexicanas de ser “incapaces de detener” la caravana de inmigrantes procedentes de Honduras que se dirigen a la frontera sur de EEUU y aseguró que ha alertado a las Fuerzas Armadas al tratarse de “una emergencia nacional”.
“Tristemente, parece que la Policía y los militares de México son incapaces de detener la caravana que se dirige a la frontera sur de EEUU”, afirmó Trump en un mensaje en su cuenta de Twitter.
El mandatario subrayó que entre la caravana de inmigrantes se encuentran “criminales y ciudadanos desconocidos de Oriente Medio”.
“He alertado a la Patrulla Fronteriza y las Fuerzas Armadas de que esto es una emergencia nacional. ¡Debemos cambiar las leyes!”, agregó.
Hasta ahora, Trump había aplaudido las acciones de las autoridades mexicanas en su frontera con Guatemala para frenar la entrada en su territorio de este flujo de migrantes.
Caravana
Nada detiene a los miles de hondureños que reanudaron ayer su largo camino hacia EEUU. Ni el agotamiento ni las nuevas amenazas de Trump, de cortar “a partir de ahora” la ayuda a Guatemala, Honduras y El Salvador, por no impedir que la caravana partiera de Centroamérica.
“Vamos a empezar a cortar, o reducir sustancialmente, la tremenda cantidad de ayuda externa que habitualmente les damos”, indicó Trump en Twitter.
Con sus escasas pertenencias encima y llevando niños y bebés a cuestas, más de 7.000 migrantes, según estimaciones de la ONU, reanudaron su marcha poco antes de mediodía hacia el norte de México desde Tapachula (estado de Chiapas), fronteriza con Guatemala.
Continúan su marcha hacia Huixtla, también en Chiapas, una segunda parada de muchas antes de llegar a Tijuana o Mexicali, fronterizas con EEUU, su destino final a más de 3.000 kilómetros.
“Seguimos pa’delante”
Gran parte de la caravana que salió el 13 de octubre de San Pedro Sula, Honduras, logró ingresar a México ilegalmente y durmió en la plaza principal de Tapachula, ciudad con más de 300.000 habitantes, tras haber recorrido más de 760 km a pie.
“Sabemos bien que este país no nos recibió como esperábamos y que nos pueden devolver a Honduras, y también sabemos que hay narcotraficantes que secuestran y matan a los migrantes”, dice Juan Carlos Flores, de 47 años.
Ya caminaron más de siete horas desde Ciudad Hidalgo, fronteriza con Guatemala en el sureste de México.
“Pero vivimos con más miedos en nuestro país, así que seguimos pa’delante”, agrega Flores.
En Honduras, un país golpeado por la violencia criminal de pandilleros y altos índices de pobreza, “la vida no vale nada”, añade este hombre que está casi en los huesos.
La ayuda estadounidense para el norte de Centroamérica viene cayendo. Según la no gubernamental Oficina de Washington para América Latina, en Honduras pasó de 209,2 millones a 181,7 millones de dólares entre 2016 y 2017, un monto aún relevante para el pequeño país con un presupuesto de menos de 10.000 millones de dólares.
7.000 migrantes y sus familias prosiguen su marcha por territorio mexicano rumbo a Estados Unidos.
LA TRAVESÍA CONTINÚA
Del viernes al domingo se han atendido 1.028 solicitudes de refugio en ese paso fronterizo, según el Gobierno mexicano.
Pero muchos temen que los albergues sean una trampa para deportarlos.
Organizaciones civiles protectoras de migrantes difundieron en Tapachula un comunicado en el que acusan a autoridades mexicanas de no cumplir las “garantías de protección a la vida e integridad” de los migrantes y de realizar incluso detenciones arbitrarias.
Una segunda caravana de casi un millar de hondureños inició el domingo su travesía a pie.