Bin Salman, autor intelectual del crimen de periodista saudí
Las grabaciones del crimen de Yamal Khashoggi, en poder de los principales servicios secretos del mundo, apuntan hacia el príncipe heredero Mohamed bin Salman, que, aferrado al poder, intenta salvar a toda costa su ascenso al trono.
En la semana en la que Donald Trump ha rebajado las pesquisas que le señalan como el señor X, el diario El Mundo reconstruye las 21 horas del premeditado asesinato del periodista por el que la Fiscalía saudí pide pena capital para cinco personas cuyos nombres no ha trascendido.
“Fue Bin Salman quien ordenó su muerte. Ha seguido todos los detalles del caso”, dice una garganta profunda del régimen saudí.
El periodista turco Abdülkadir Selvi también lo cree y cita una grabación de la CIA que registra una conversación entre el heredero y su hermano Jaled, embajador saudí en EEUU. En mitad de la discusión, el futuro rey ordena: “Silencia a Khashoggi lo antes posible”.
A las 3:28 de la mañana, el HZSK2, un avión privado usado por el Gobierno saudí y procedente de Riad, aterriza en el aeropuerto Atatürk de Estambul. A bordo viajan nueve de los 15 miembros del comando encargado de liquidar a Khashoggi, escogidos entre la guardia del Príncipe heredero y los altos cargos de las fuerzas de seguridad por su probada lealtad.
Entre ellos, figuran las piezas clave de la operación: Maher Abdelaziz Mutreb, un destacado miembro de la inteligencia saudí,
Salah Mohamed al Tubaigy, jefe de la unidad forense del departamento de seguridad general del Ministerio de Interior, y Mustafa al Madani, un ingeniero de 57 años que guarda cierto parecido con Khashoggi y que será utilizado como su doble.
A las 5:05 las cámaras les captan cumpliendo con el registro de rigor. Tienen un breve descanso por delante.
Totalmente ajeno al plan urdido para segar su vida, Khashoggi llega a primera hora del martes 2 de octubre a Estambul acompañado por su prometida turca Hatice Cengiz.
El primero en ponerse en marcha es Mutreb. Quince minutos después, el grueso del equipo sigue sus pasos. El más rezagado deja el establecimiento a las 10:50. A bordo de vehículos diplomáticos, parten hacia el consulado.
En las horas previas a la cita, fijada por Khashoggi para la una de la tarde, el comando va alcanzando el consulado.
Las cámaras de vigilancia exterior les captan accediendo por una puerta de forja, decorada con el emblema del reino —la palmera y las dos espadas cruzadas— por la que también desfilará después Khashoggi.
A las 12:18 una furgoneta Mercedes negra aparece en escena y se interna en el recinto de la misión diplomática. Según los investigadores turcos, el vehículo será empleado luego para extraer los restos del disidente.
Las instantáneas captadas por varias cámaras registran su salida del apartamento que acaba de comprar y amueblar en la ciudad. Le acompaña Cengiz. La mujer, de 36 años, ha decidido no acudir a las clases del doctorado en el que está matriculada.
En el camino, la pareja también habla de los planes para cenar juntos y Khashoggi envía un mensaje a uno de sus amigos más cercanos en Estambul, el opositor egipcio Ayman Nur. “Me escribió por WhatsApp y me dijo que pasaría a verme más tarde”.
16:00 Cengiz, novia de Khashoggi se percata de que el consulado ha cerrado media hora antes, se impacienta y denuncia el secuestro del periodista.
LLAMADAS: “MISIÓN CUMPLIDA”
Mutreb realiza hasta 19 llamadas telefónicas desde la oficina del cónsul. Al menos cuatro de las conversaciones son con Saud al Qahtani, el más fiel asesor del Príncipe heredero destituido después de que el escándalo se hiciera público.
Según la investigación turca, Al Qahtani supervisa la operación desde la oficina de Bin Salman. “Díselo a tu jefe. La misión está hecha”, se escucha en una de las grabaciones que están en poder de la CIA, según el New York Times.
En una comunicación vía Skype, el consejero había pedido: “Traedme la cabeza del perro”.
LOS ASESINOS DESCUARTIZARON AL PERIODISTA DENTRO EL CONSULADO SAUDÍ
Vestido con americana y vaqueros, Khashoggi entra en el edificio y es recibido por un funcionario que le lleva hasta el despacho del cónsul general Mohamed al Otaibi, ubicado en la segunda planta. Sin embargo, el encuentro está a punto de torcerse. En un hecho poco usual, los empleados turcos del consulado han sido premiados con la tarde libre alegando que una importante delegación está en camino para celebrar un encuentro en el edificio.
En la estancia contigua a donde se encuentra Khashoggi se halla preparado el comando. Unos minutos después, dos miembros del equipo irrumpen en la habitación del cónsul y se llevan a la fuerza al periodista.
“¡Suelten mi brazo! ¿Qué creen que están haciendo?”, exclama la víctima mientras es arrastrado hacia una segunda dependencia, donde se consuma el crimen, según revelaciones del diario turco Haberturk. El cónsul, que abandona Estambul poco después del homicidio y no ha regresado aún, protesta incómodo por su implicación.
“Hagan esto fuera. Me van a meter en problemas”, exige. Una petición que alguien del operativo acalla sin compasión: “Cállate si quieres estar vivo cuando regreses a Arabia Saudí”. En siete minutos, según los funcionarios turcos que han tenido acceso a las grabaciones, el reportero es torturado, mutilado, sedado y finalmente asesinado.
Audios: Asfixiado y golpeado
“Me estoy asfixiando. Quítenme esta bolsa de la cabeza. Tengo claustrofobia”, suplica Khashoggi en el forcejeo. El columnista del Washington Post recibe una tunda de golpes, perceptibles en un audio que también registra cómo el equipo le amputa los dedos.
FISCALÍA ARGENTINA DESISTE DE DETENER INMEDIATAMENTE AL PRÍNCIPE SAUDÍ
Luego de la solicitud que hizo el miércoles la ONG Human Right Watch (HRW) de detener a Bin Salman en su llegada a Argentina para participar de la cumbre del G20, el fiscal federal Ramiro González indicó que la medida se resolverá después de recibir los documentos, los cuales buscan “determinar el estatus del Príncipe y la existencia de procesos en trámite en el Reino de Arabia Saudita y la República de Yemen”, según un recurso al que accedió el diario La Nación.
El director ejecutivo de HRW para América, José Miguel Vivanco, señaló a La Tercera que “es una gran noticia que Argentina haya activado los mecanismos penales de acuerdo con lo solicitado en la denuncia de HRW.
La decisión del fiscal reconoce la validez del principio de jurisdicción universal y la obligación de los Estados de investigar este tipo de crímenes, le pide información a Yemen y a Arabia Saudita sobre la existencia de investigaciones penales en curso, y a la Cancillería información sobre si Bin Salman tiene estatus diplomático para que se aplique la competencia de la Corte Suprema”.
El heredero saudita, según La Nación, no quedaría detenido en territorio porteño por el tiempo que tomaría tramitar los informes.
Cabe recordar que HRW pidió que el heredero saudí fuera detenido por el asesinato de Khashoggi en Estambul en octubre, violaciones al derecho internacional y por crímenes de guerra en Yemen.