El Papa pide libertad religiosa y más derechos ciudadanos en Abu Dabi
El papa Francisco se manifestó firmemente ayer a favor de la libertad religiosa y los derechos ciudadanos, en el segundo día de su visita a Emiratos Árabes Unidos, la primera de un pontífice a la Península arábiga.
Francisco participó de un encuentro interreligioso en Abu Dabi.
Este encuentro y diálogo interreligioso había sido impulsado por el Papa y el gran imán de Al Azhar, institución más importante del islam sunita.
Al fin del encuentro, Francisco y el imán Ahmed el Tayeb firmaron una declaración conjunta en que comprometieron los esfuerzos de las dos religiones para “luchar contra el extremismo”.
“¡Al Salamò Alaikum!” (“¡Que la paz esté con vosotros!”), arrancó Francisco su discurso, en que reforzó la idea de la fraternidad pero que incluyó referencias directas a la realidad cotidiana de los habitantes de Oriente Medio.
Se trata de un discurso de alto significado, ya que fue pronunciado en una región donde aún se constatan desigualdades evidentes y abundan las denuncias de discriminación religiosa.
Arabia Saudita, por ejemplo, prohíbe la práctica de cualquier religión que no sea el Islam, pero el Papa hizo una encendida defensa de la necesidad de garantizar libertad religiosa.
En su participación en el encuentro interreligioso, el Pontífice formuló un pedido para otorgar “el mismo derecho a la ciudadanía” a personas de diversas religiones.
“Deseo que, no sólo aquí, sino en toda la amada y neurálgica región de Oriente Medio, haya oportunidades concretas de encuentro: una sociedad donde personas de diferentes religiones tengan el mismo derecho de ciudadanía”, manifestó.
VISITA SIN PRECEDENTES
El jefe de los 1.300 millones de católicos tuvo por la mañana una reunión privada con el príncipe heredero de Abu Dabi, Mohamed ben Zayed Al Nahyan, que se enorgullece de la “coexistencia pacífica” de las religiones en su país.
El pontífice entregó al Príncipe un medallón en el que se representa un encuentro en 1219, en plena Cruzada, entre San Francisco de Asís y el sultán Malek al Kamel, en Egipto, un hito de 800 años de antigüedad del diálogo entre musulmanes y cristianos.
Llamó la atención sobre cuatro países que sufren “las consecuencias nefastas” de conflictos: Yemen, Siria, Irak y Libia.