Violencia de narcotraficantes doblega al Gobierno de México
El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, justificó ayer la decisión de liberar tras una breve detención a Ovidio Guzmán, hijo del capo Joaquín “El Chapo” Guzmán, para proteger a la población de Culiacán, en el estado de Sinaloa, luego de ataques feroces del crimen organizado.
Hombres fuertemente armados libraron el jueves una batalla campal contra fuerzas de seguridad mexicanas que realizaban un operativo fallido para capturar a Guzmán en Culiacán, capital de su natal Sinaloa (noroeste), bastión del cártel de la familia.
Mal planeado
“Al verse rodeados por una fuerza mayor y todo el despliegue de agresión contra la población (...) se ordenó abandonar el inmueble”, dijo ayer Alfonso Durazo, secretario de Seguridad.
El secretario de Defensa, Luis Sandoval, reconoció por su parte que el episodio fue el producto de “una estrategia mal planeada”. El presidente López Obrador fue categórico al justificar la decisión de abandonar el operativo.
¿Fracaso?
“No puede valer más la captura de un delincuente que las vidas de las personas. Ellos tomaron esa decisión y yo la respaldé”, argumentó.
Y aseguró que “de ninguna manera diría que ha fracasado” su estrategia de seguridad.
Fuentes oficiales han brindado distintas versiones sobre la existencia o no de una orden de aprehensión contra Guzmán.
Contradicción
Durazo afirmó, la noche del jueves, que una unidad de la Guardia Nacional realizaba un “patrullaje de rutina” en un barrio del centro de Culiacán, una ciudad de 750.000 habitantes, cuando desde una vivienda fue atacada a balazos, una acción que los uniformados repelieron deteniendo a cuatro personas, entre las que se encontraba Guzmán.
Pero el viernes, las autoridades rectificaron que el operativo sí fue planeado. Durazo dijo que grupos de la delincuencia organizada rodearon la residencia donde se encontraba detenido Guzmán “con una fuerza mayor” que la de los militares, desatando el pánico en diversos puntos de la ciudad, por lo que el Gobierno mexicano optó por detener el operativo.
“Si ayer salimos a dar una versión diferente fue porque contábamos con una información distinta”, dijo Durazo.
El secretario de Seguridad afirmó que no hubo ninguna negociación en la liberación de Guzmán.
La semana ya había sido conflictiva para el izquierdista gobierno mexicano con la masacre de 28 personas (delincuentes y policías en dos días.
Ovidio Guzmán, de 28 años, es uno de los cuatro hijos de “El Chapo”, preso a perpetuidad en EEUU
SINALOA, UN ESTADO NARCOCONTROLADO
Para evitar su detención, este hijo de “El Chapo” desató horas de tiroteos y bloqueos en la capital del estado, de unos 800.000 habitantes, instalando el pánico entre la ciudadanía.
El suceso en Culiacán ha reflejado el enorme control que tiene el Cártel de Sinaloa y sus células sobre la región, que se consideraba relativamente pacificada en los últimos meses.