Cuba-EEUU: del deshielo a nuevas tensiones tras 5 años
Washington y La Habana sorprendieron al mundo con un acercamiento histórico tras medio siglo de confrontación. Cinco años más tarde, el idilio se vuelve una tormenta y resucita el riesgo de una nueva ruptura.
Es como “una pareja que no se entiende, siempre busca un motivo u otro para caer en riñas sin necesidad”, dice Odaydis Marante, de 34 años. Aunque en 1962 esa pelea puso al mundo al borde de una catástrofe nuclear.
Odaydis atraviesa el “parque de los suspiros”, cerca de la embajada de Estados Unidos en La Habana, en donde los cubanos solían sentarse a aguardar la respuesta a su solicitud de visa. Ahora el lugar está desierto.
En 2017 se suspendieron los servicios consulares.
La relación cayó a “un punto muy bajo”, admite, en una entrevista, Carlos Fernández de Cossío, director del Departamento de Estados Unidos de la cancillería cubana. Y “puede agravarse aún más”, advierte.
Acusa al vecino norteamericano, que los mantiene bajo embargo desde 1962, de empeñarse en “romper todos los lazos existentes” y querer “cerrar las embajadas”, reabiertas en el verano de 2015.
Para Carrie Filipetti, jefa del Departamento de Estado de Estados Unidos a cargo de Cuba y Venezuela, “es difícil imaginar que la relación mejore significativamente, a menos que el Gobierno cubano tome medidas concretas y permita voces disidentes, respete los derechos de su gente y detenga sus actividades maliciosas en la región”.
“Las violaciones de los derechos humanos del régimen de Castro continuarán costándole caro, y nuestras sanciones aseguran ese efecto”, dijo por escrito a la AFP. Cuba rechaza todas esas acusaciones.
Las sanciones no se han detenido: prohibición de viajes de crucero desde Estados Unidos, limitación de las remesas de cubanos del extranjero a sus familiares en Cuba, o multas para los barcos que transportan petróleo venezolano a La Habana.
PIDEN REACTIVAR LA REUNIFICACIÓN
Al menos tres centenares de cubanos pidieron ayer en Miami, Florida, al Gobierno estadounidense reactivar el Programa Cubano de Parole de Reunificación Familiar (CFRP), suspendido en 2017 por la actual administración y que, desde entonces, ha quedado “en un limbo”.
Los cubanos portaban pancartas en las que se podía leer “Sí Cuban Parole Program”.