El Carnaval llega con tono de protesta al sambódromo de Río de Janeiro
Un Jesús nacido en la favela, homenajes a indígenas, a artistas negros y a las religiones afrobrasileñas: las escuelas de samba de Río de Janeiro se presentaron este domingo con su brillo habitual y una dosis extra de crítica en sus desfiles.
Carrozas alegóricas, miles de integrantes y una poderosa “batería” de percusión, trece “escolas” tuvieron entre 60 y 70 minutos para encantar a los jurados y al público en la avenida Marqués de Sapucaí, el famoso sambódromo.
La situación política y social se cuela en la fiesta de Momo desde siempre, pero el tono de protesta suele acentuarse en momentos de radicalización política, como en el actual Gobierno del ultraderechista Jair Bolsonaro.
Un año después de alzar la voz contra la dictadura (1964-1985) y reivindicar la figura de la concejal negra Marielle Franco (asesinada en 2018), Mangueira tituló su desfile “La verdad os hará libres”, una frase bíblica utilizada a menudo por Bolsonaro, que llegó al poder con un fuerte apoyo de las iglesias neopentecostales.
“En una época en que se preconiza tanto un Jesús bélico, intolerante y controlador, Mangueira trae el Jesús del Evangelio: amoroso, amigo, compañero de los oprimidos”, afirmó recientemente el teólogo y pastor bautista Henrique Vieira, que milita en la izquierda y asesoró a Mangueira.
La estatal Agencia Brasil indicó que, en total, incluidos los cariocas, vacacionistas nacionales y extranjeros, alrededor de siete millones de personas disfrutarán del jolgorio carnavalesco durante casi una semana que generará un beneficio económico a la ciudad de más de mil millones de dólares.