Covid-19 pasa factura a Gobiernos que minimizaron la pandemia
A mediados de marzo, cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) había catalogado como pandemia al coronavirus, muchos jefes de Estado minimizaron la alerta sanitaria y ordenaron seguir las actividades económicas.
Un puñado de líderes mundiales ha causado controversia por sus polémicas declaraciones minimizando la crisis, dando informaciones falsas o que han llevado a sus partidarios a adoptar comportamientos inadecuados.
Algunos ejemplos sobre el tratamiento a la pandemia por parte de autoridades.
El presidente de EEUU, Donald Trump, hace declaraciones ante la prensa con frases controvertidas: desde su defensa de la hidroxicloroquina, medicamento cuya eficacia no fue adecuadamente comprobada, hasta su renuncia a usar la mascarilla.
El 22 de enero, dos días después de que se informara del primer caso de coronavirus en su país, Trump dijo en una entrevista en el canal de televisión CNBC: “Es sólo una persona que vino de China y lo tenemos bajo control. Todo va a estar bien”.
Cinco meses después, EEUU se había convertido en el país con más casos confirmados y muertos en el mundo al registrar 2,1 millones de contagios y 116.963 muertos.
“Gripecita”
El presidente brasileño Jair Bolsonaro, ya polémico por sus desacertadas declaraciones sobre el aborto, matrimonios gais, género, entre otros, es otro mandatario que desde un principio minimizó los efectos de la pandemia.
El Presidente ultraderechista afirmó que la pandemia del coronavirus “es apenas una pequeña gripe”.
Además de minimizar los riesgos del virus, Bolsonaro ha burlado repetidamente las recomendaciones de distanciamiento social y llevar puesto el cubrebocas al mezclarse con simpatizantes, quienes le piden cerrar el parlamento brasileño.
Brasil tiene 45.241 muertos y 923.189 casos confirmados.
“No pasa nada”
Dos legisladores del partido del presidente Daniel Ortega, Edwin Castro y Wilfredo Navarro, se burlaron de sus colegas en plena sesión legislativa sobre la pandemia. El diputado Castro se levantó de su curul, fijó en la pantalla de su móvil el meme de un astronauta y lo mostró por todo el hemiciclo para burlarse del temor a la pandemia. Tres meses después de ese episodio, Castro fue internado con síntomas del virus.
Mientras que Navarro, quien minimizó la Covid-19 constantemente en la televisión, ahora “fumiga con alcohol hasta los bocadillos que le sirven” en su despacho.
Según el Ministerio de Salud, Nicaragua registra 64 fallecidos y 1.823 casos confirmados. Pero el independiente Observatorio Ciudadano, contabiliza 1.289 muertos y 4.971 casos sospechosos.
“No hay virus aquí”
El presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, se burló ante la sugerencia de que su país debería tratar de detener la propagación del virus, porque no lo había visto “volando”.
Bielorrusia, una nación de 10 millones de personas, reportó hasta ayer 54.680 casos y 312 muertes.
“Trump, culpable”
El influyente clérigo chií iraquí Muqtada al-Sadr acusó al presidente de EEUU de propagar el coronavirus. Al-Sadr desafió las medidas iraquíes para contener el virus y continuó celebrando oraciones en masa. Hasta ayer, Irak tenía 22.700 casos y 773 muertes.
“Soñé dar la mano”
El primer ministro británico, Boris Johnson, aseguró en una conferencia de prensa el 3 de marzo que no estaba preocupado por darle la mano a la gente en medio del avance de la pandemia.
Más tarde se aclaró que Johnson sólo se había dado la mano con el personal médico del hospital y no con pacientes, pero aún así sus comentarios generaron muchas críticas.
Johnson dio positivo por coronavirus el 27 de marzo.
El Reino Unido tiene 299.200 contagios y 42.054 fallecidos.
Datos: Agencias e Internet
“PÁNICOS Y VENGANZA DE DIOS”
El presidente de Indonesia, Joko Widodo, admitió que retuvo deliberadamente información sobre los casos de Covid-19 para que la gente no recurriera a comportamientos como las compras de pánico.
“No queremos pánico en los supermercados”, indicó en abril.
La nación asiática ahora tiene 41.434 casos, con más de 2.276 muertes.
El ministro de Defensa de Zimbabue, Oppa Muchinguri, aseguró que la pandemia es la venganza de dios a los países occidentales que impusieron sanciones a la nación africana.
Hasta ayer, la nación africana tenía 391 casos confirmados y cuatro fallecidos.
ANÁLISIS
Roberto Covarrubias. Analista Político.
Prueba de fuego para muchos Gobiernos
La crisis del coronavirus va a convertirse en una prueba de fuego para muchos Gobiernos de la región.
Pondrá a prueba los liderazgos presidenciales y los aparatos del Estado. Esta apuesta coloca a los jefes de Estado en la primera línea de la batalla contra el coronavirus y expone a los mandatarios a un enorme desgaste, sobre todo si la crisis empeora porque todos estos presidentes no cuentan con una red de protección. Detrás de esos liderazgos no existe un escudo defensivo que incluya a los aparatos del Estado, las administraciones públicas y al sector sanitario con las herramientas y los recursos humanos, técnicos y financieros capaces de resistir la amenaza de la Covid-19.
Los efectos que esta crisis tenga sobre los países latinoamericanos todavía están por verse.
Pero, si tuviera la dimensión de lo que está ocurriendo en otras partes puede terminar por exacerbar las tensiones sociales que arrastra la región y teniendo consecuencias políticas: mayor ingobernabilidad, producto del malestar social y la parálisis económica.