Enfrentamientos entre Armenia y Azerbaiyán dejan 16 muertos
ESTAMBUL |
Al menos 16 militares y varios civiles murieron ayer en los peores combates entre Armenia y Azerbaiyán desde 2016, reactivando los temores sobre la estabilidad en el Cáucaso Sur, un corredor para los oleoductos que llevan petróleo y gas a los mercados mundiales.
Los choques entre las dos exrepúblicas soviéticas, que libraron una guerra en los años 90, fueron los últimos de un largo conflicto por el control de Nagorno-Karabaj, una región separatista en el interior de Azerbaiyán gobernada por la etnia armenia.
Nagorno-Karabaj dijo que 16 de sus soldados perecieron y más de 100 resultaron heridos después de que Azerbaiyán lanzó un ataque aéreo y artillero. Armenia y Nagorno-Karabaj declararon la ley marcial y movilizaron a su población masculina.
Azerbaiyán, que también declaró la ley marcial, dijo que sus fuerzas respondieron a bombardeos armenios y se hicieron con el control de siete aldeas, aunque Nagorno-Karabaj lo negó. La fiscalía azerí dijo que cinco miembros de una familia perecieron bajo los bombardeos armenios.
Los enfrentamientos provocaron una ola de iniciativas diplomáticas para evitar la reactivación de un antiguo conflicto entre Armenia, de mayoría cristiana, y la musulmana Azerbaiyán. Rusia pidió un alto el fuego inmediato y otra potencia regional, Turquía, mostró su apoyo a Azerbaiyán.
Los oleoductos que transportan el crudo y el gas natural del Mar Caspio desde Azerbaiyán al mundo pasan cerca de Nagorno-Karabaj. Armenia también advirtió sobre los riesgos a la seguridad en el Cáucaso Sur en julio, después de que Azerbaiyán amenazó con atacar su planta nuclear como posible represalia.
Nagorno-Karabaj se escindió de Azerbaiyán en un conflicto que emergió cuando la Unión Soviética colapsó en 1991.
Aunque se acordó una tregua en 1994, después de que murieron miles de personas, Bakú y Ereván se acusan con frecuencia de ataques en torno a Nagorno-Karabaj y a lo largo de la frontera que separa a los dos países.
Armenia dijo que fuerzas azeríes atacaron objetivos civiles, incluida la capital de Nagorno-Karabaj, Stepanakert, y prometió una “respuesta proporcionada”.
El primer ministro armenio, Nikol Pashinyan, escribió en Twitter que “nos mantenemos fuertes junto a nuestro ejército para proteger nuestra patria de la invasión azerí”.
Bakú, por su parte, desmintió un comunicado del Ministerio de Defensa armenio que aseguró que helicópteros y tanques azeríes fueron destruidos y acusó a las fuerzas armenias de lanzar ataques “deliberados y selectivos” a lo largo de la frontera.
Un conflicto mayor podría generar la intervención de potencias rivales en la región, como Rusia y Turquía.
EEUU PIDE CESE DE LAS HOSTILIDADES
Estados Unidos se unió ayer a los llamamientos globales para que Armenia y Azerbaiyán pongan fin a los enfrentamientos mortales que han estallado en la disputa de décadas sobre la región separatista de Nagorno-Karabaj, respaldada por Armenia.
El Departamento de Estado de Estados Unidos dijo que se había puesto en contacto con los dos países “para instar a ambas partes a que cesen las hostilidades de inmediato, a que utilicen los vínculos de comunicación directa existentes entre ellos para evitar una mayor escalada y evitar retóricas y acciones inútiles”. El conflicto ya provocó la muerte de 16 soldados.