Israel decide abandonar el uso de mascarillas
ISRAEL |
Israel, con gran parte de su población inmunizada, dio otro paso hacia la normalidad: los ciudadanos se pudieron quitar la mascarilla al aire libre tras un año de imponerse su uso obligatorio para contener el virus, y las escuelas reanudaron clase presencial a tiempo completo sin división en grupos reducidos.
Sin grandes restricciones, con una reapertura casi total y un ambiente que recuerda a los tiempos previos a la pandemia, muchos israelíes salieron a la calle sin la mascarilla puesta, con el optimismo de sentir que siguen dejando atrás la pandemia tras una veloz vacunación que llevó a un descenso sostenido de la morbilidad.
Las mascarillas no desaparecen por completo: todavía son obligatorias en espacios interiores, y Sanidad recomienda usarlas también en grandes reuniones o zonas concurridas en área exterior.
Ante ello, quizás también por una costumbre ya adquirida, muchos paseaban por Jerusalén con la mascarilla que les cubría la boca y la nariz, o colocada en el mentón para ponérsela rápidamente si debían entrar a un comercio o subirse al autobús.
“Salí de casa sin la mascarilla puesta, pero al cabo de poco me la volví a poner porque me sentía raro, como si estuviera desnudo”, explicó a Efe Tuval Wolf, un joven israelí que caminaba por una calle peatonal de la Ciudad Santa con boca y nariz tapadas.
Israel ya vacunó a más de 5,3 millones de personas con al menos una dosis de la vacuna y a casi 5 millones con ambas, lo que supone más de la mitad de su población, de unos 9 millones de habitantes. Tiene dos centenares de hospitalizados en condición crítica, y los enfermos activos son poco más de 2.500.