Biden defiende la operación contra líder del EI pese a las víctimas civiles
El presidente de EEUU, Joe Biden, defendió este jueves la operación que acabó con el líder del Estado Islámico (EI), Abu Ibrahim al Hashimi al Qurashi, a pesar de que se cerrara con víctimas civiles, entre ellas varios niños.
"Tomamos todas las precauciones posibles para minimizar las víctimas civiles", aseguró Biden en un discurso en la Casa Blanca en el que confirmó la muerte de Al Qurashi, que dirigía el grupo yihadista desde 2019.
Al Qurashi se inmoló "en un acto de cobardía final", según Biden, al detonar un artefacto explosivo después de que fuerzas especiales de EE.UU. descendieran esta madrugada en el edificio donde vivía en la aldea de Atme, en la provincia siria de Idlib.
"Este horrible líder terrorista ya no existe", celebró el mandatario.
Las víctimas
De acuerdo con los Cascos Blancos, un grupo de rescatistas que opera en las áreas de Siria controladas por la oposición y que se encargó de tratar a los heridos y recuperar los cuerpos, un total de 13 personas murieron durante la intervención, entre ellos 6 niños y 4 mujeres.
El Pentágono solo confirmó la muerte de 7 personas, entre ellas Al Qurashi, su mujer y al menos dos niños que fallecieron en el tercer piso del edificio debido a la explosión, explicó en una rueda de prensa el portavoz del Departamento de Defensa, John Kirby.
Otras tres personas -un lugarteniente de Al Qurashi, su mujer y un menor- murieron por disparos de las fuerzas estadounidenses después de atrincherarse en el segundo piso, donde vivían, y "abrir fuego" contra los militares, añadió Kirby.
Un alto funcionario estadounidense, que pidió el anonimato, insistió en que todas las víctimas se debieron a "los actos de los terroristas dentro del edificio", en el que vivía el líder del EI pero que también estaba habitado por varias familias civiles, entre ellas niños.
La planificación de la operación duró meses y fue en diciembre cuando Biden empezó a debatir sobre el tema con su equipo, una vez que la inteligencia estadounidense se cercioró de que era Al Qurashi quien se encontraba en el edificio.
Acabar con él era complicado porque el líder del EI "nunca abandonaba la casa", con la excepción de "subir en ocasiones al tejado para bañarse", y dirigía las operaciones del grupo "mediante mensajeros que iban y venían", explicó el citado funcionario.