Elecciones. El fantasma de un magnicidio turba la campaña en Colombia
El miedo palpita en una plaza abarrotada de público. En la tarima, el candidato colombiano Gustavo Petro, con chaleco antibalas, rodeado de un ejército de escoltas que cruzan miradas nerviosas, apenas puede asomar la cabeza por entre tres escudos blindados.
El fantasma de un magnicidio recorre la campaña para las presidenciales del 29 de mayo, en las que por primera vez la izquierda tiene opciones de llegar al poder de la mano de este senador y exguerrillero. En el pasado las balas han cambiado el rumbo de una elección en Colombia.
“El fantasma…”
Aunque ya no es un país tan violento, Colombia todavía enfrenta la amenaza del narco y patina en los esfuerzos para consolidar la paz tras varios acuerdos de paz con rebeldes y paramilitares.
En febrero, Petro le decía a la AFP: “El fantasma de la muerte nos acompaña (...). No deja de aparecer como un fogonazo, cuando me mezclo entre la multitud, cuando estoy en una tarima y hay una plaza llena, que en cualquier lugar podría alguien disparar”.
Plan contra Petro
Fue antes de que su equipo denunciara un plan para matarlo. Ante la amenaza, el también exalcalde de Bogotá debió subir a la tarima prácticamente blindado el 5 de mayo en Cúcuta, en la frontera con Venezuela.
Días antes, el 2 de mayo, Petro suspendió varios eventos de campaña en el Eje Cafetero (centro del país) después de que su equipo de seguridad descubriera un supuesto plan criminal de un grupo dedicado a extorsionar y a actividades ilegales, para asesinarlo en un acto público.
Desde entonces su esquema de 60 escoltas fue robustecido, sin contar los efectivos que le reserva la fuerza pública en sus viajes.
“Un riesgo muy real”
Felipe Botero, profesor de Ciencia Política de la Universidad de Los Andes, cree que un magnicidio en 2022 “es un riesgo muy real”.
“No solamente que maten a Petro como candidato, sino que también es altamente posible que intenten asesinarlo si llega a ganar la presidencia y ese es un escenario igual o más preocupante”, sostiene el analista.
Francia Márquez, la ambientalista negra que acompaña la fórmula de Petro, como candidata a vicepresidenta, también denunció amenazas, mientras la campaña rival del derechista Federico Gutiérrez ha manifestado preocupación por su propia seguridad.
La candidata a la Vicepresidencia, que fue Premio Goldman (el Nobel de Medioambiente) en 2018, ya fue víctima de un atentado en 2019 cuando estaba en una reunión de preparación para unos diálogos entre indígenas y el Gobierno. Fue atacada con armas y granadas.
3 razones
Alexander Gamba, profesor de la Universidad Santo Tomás, enumera tres razones por las cuales una agresión contra Petro “es posible”: en primer lugar, en Colombia hay “profesionales de la violencia” con la capacidad de llevarla a cabo, como la veintena de mercenarios que participaron en el asesinato del presidente de Haití en 2021.
Segundo, ciertos sectores presentan un eventual triunfo de Petro como “una gran hecatombe nacional” y crearon un “ambiente” en el cual “una acción así es patriótica”, apunta el sociólogo. Y, por último, el país “no ha tenido una alternancia política” que haya dado lugar a la izquierda, asociada con la rebelión armada en sectores conservadores.
Esceptismo oficialista
El equipo de campaña del candidato considera que puede tratarse de una estrategia para sacarlo de la plaza pública, donde es muy activo.
Sin embargo, para el gobierno de Iván Duque, Petro es “una de las personas más protegidas” del país y las sospechas de un atentado no han sido validadas.
“Restarle credibilidad a una amenaza de muerte en un país donde asesinan cientos de personas anualmente por sus ideas políticas, me parece, en el mejor de los casos, miope”, criticó Botero.
Temor de derecha
Pero no solo Petro teme por su vida. “Ojo con la seguridad de Federico Gutiérrez”, tuiteó en pasados días el expresidente Álvaro Uribe (2002-2010), quien sugirió “tener información seria” relacionada con un posible complot.
En 2002 el propio Uribe salió ileso de un ataque con explosivos perpetrado por la entonces guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que intentó sin éxito atajar su carrera a la presidencia.
En su biografía, Uribe asegura haber escapado de 15 atentados.
Gutiérrez es el principal rival de Petro. Cuando fue alcalde de Medellín (2016-2020) ganó adeptos con su política de mano dura contra la delincuencia organizada.
Las encuestas anticipan un balotaje entre ambos el 19 de junio, con lo que Colombia deberá contener el aliento todavía un mes frente a la amenaza real que significa querer gobernarla.
MATARON MÁS CANDIDATOS IZQUIERDISTAS QUE LIBERALES
En el siglo XX, cinco candidatos a la presidencia fueron asesinados por opositores, narcotraficantes o paramilitares de ultraderecha con la ayuda de agentes estatales: tres izquierdistas, uno de ellos exguerrillero como Petro, y dos liberales.
Tres tiros, Bogotá, 1948. El candidato liberal a la presidencia Jorge Eliécer Gaitán se desploma en una céntrica avenida. Su asesinato incendia la ciudad y atiza un conflicto interno que medio siglo después aún no se extingue.
Cuatro décadas más tarde, en una seguidilla sangrienta, también son asesinados el comunista Jaime Pardo Leal (1987), el liberal Luis Carlos Galán (1989) y los izquierdistas Bernardo Jaramillo y Carlos Pizarro (1990), todos aspirantes presidenciales.
Para el politólogo Fernando Posada, de la Universidad de los Andes, el caso de Petro ahora es similar a lo ocurrido en 1989, cuando el candidato liberal Luis Carlos Galán fue asesinado. “Pese a que Galán también había denunciado dos semanas antes amenazas en su contra, la Policía no hizo nada por falta de pruebas”. El proceso electoral en el que murió Galán se caracterizó por la extrema violencia.