¿Preocupado?: Putin admite que la guerra en Ucrania se hace larga
El presidente ruso, Vladímir Putin, admitió ayer que la intervención militar que lanzó en Ucrania hace más de nueve meses se hace larga, pero aseguró que sólo usaría el arma nuclear en respuesta a un ataque.
“No nos hemos vuelto locos, sabemos lo que son las armas nucleares”, declaró Putin en una reunión televisada con el Consejo de Derechos Humanos ruso.
Tras la invasión a Ucrania el 24 de febrero, las autoridades de Rusia dejaron planear varias veces la posibilidad de usar el arma nuclear en caso de amenaza a su integridad territorial, en la que incluye las regiones anexadas de Ucrania.
Esas proclamas levantaron temores y acusaciones en todo el mundo.
La declaración de Putin parece ahora alejar esas preocupaciones, al menos en lo que se refiere a un apocalipsis desencadenado por Rusia.
“Consideramos las armas de destrucción masiva, el arma nuclear, como un medio de defensa. (Usarla) se basa en lo que llamamos ‘ataque en represalia’: si nos atacan, respondemos”, afirmó.
Amenaza creciente
No obstante, añadió que “la amenaza de una guerra nuclear está creciendo” y culpó de esto a los estadounidenses y europeos, que dan un fuerte respaldo financiero y militar a Ucrania.
El portavoz del Departamento de Estado de EEUU, Ned Price, se negó a responder directamente a Putin, pero estimó que “cualquier conversación a la ligera sobre armas nucleares es absolutamente irresponsable”.
Putin acusó además a la ONU y a otras organizaciones internacionales, así como a los medios de comunicación occidentales, de tener una actitud tendenciosa y antirrusa ante la ofensiva de Moscú en Ucrania y de propagar “mentiras flagrantes”.
“Un proceso largo”
Putin admitió que el conflicto está durando más de lo que pensaba, pero alegó que Rusia obtuvo en estos nueve meses “resultados significativos”, en referencia a la anexión por Moscú de cuatro regiones ucranianas.
En las últimas semanas, las tropas rusas sufrieron, sin embargo, varios reveses y tuvieron que retirarse de la ciudad de Jersón (sur).
El Kremlin justificó la invasión de Ucrania por la necesidad de defender a la población rusohablante y de romper la alianza entre Kiev y Occidente, que considera como una amenaza estratégica.
Putin anunció que ya desplegó en Ucrania a 150 mil reservistas, la mitad de los 300 mil movilizados en septiembre.
Entre esos reclutas, unos 77 mil se hallan en la línea de frente, precisó.
El Presidente ruso descartó por el momento una nueva movilización de reservistas.
Ataques sin tregua
En el terreno, los bombardeos continuaron ayer, con seis civiles muertos y cinco heridos en un ataque ruso contra la ciudad de Kurajove, cerca de Donetsk (este), donde se concentra actualmente la mayor parte de los combates.
“Un mercado, una estación de autobuses, gasolineras y edificios residenciales fueron los objetivos de los ataques”, declaró el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski.
El martes en Donetsk, bajo control de los separatistas prorrusos, seis civiles murieron en ataques ucranianos, según autoridades locales.
UE plantea más sanciones contra Rusia, será el noveno paquete
La Unión Europea (UE) propuso ayer sancionar a cerca de 200 personas y entidades más por la guerra de Rusia en Ucrania, así como cortar el acceso de Moscú a los drones con los que ataca infraestructura civil ucraniana, como parte del noveno paquete de medidas restrictivas por esa agresión.
Más sanciones contra bancos rusos, controles a las exportaciones y medidas contra la “maquinaria de propaganda” del Kremlin figuran igualmente entre las propuestas, según informó la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, a través de su cuenta oficial en Twitter.
“Rusia sigue sembrando la muerte y la devastación en Ucrania. Está atacando deliberadamente a civiles e infraestructuras civiles, tratando de paralizar el país al comienzo del invierno”, afirmó la política alemana en un video compartido en esa red social.
En la que será ya la novena ronda de medidas restrictivas desde que Rusia comentó la invasión de Ucrania el 24 de febrero, la Comisión Europea y el alto representante de la UE para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, proponen añadir a la lista negra a cerca de 200 personas y entidades.