Los ecuatorianos eligen presidente en un clima de polarización y crisis
Agencias
Ecuador enfrenta un momento clave en su historia política. Este domingo, los ciudadanos acudirán a las urnas para elegir a su próximo presidente en una contienda marcada por la confrontación entre dos visiones opuestas: el correísmo, representado por Luisa González, y el noboismo, liderado por el actual presidente, Daniel Noboa. La elección no solo definirá el rumbo del país en los próximos cuatro años, sino que también pondrá a prueba su estabilidad política y social, en un contexto de creciente violencia e incertidumbre.
Daniel Noboa, candidato de la Alianza Democrática Nacional (ADN), busca la reelección tras un año en el poder. Su gobierno ha enfrentado crisis energéticas, un aumento de la violencia y tensiones con su vicepresidenta, Verónica Abad. Su campaña se centra en una política de “mano dura” contra el crimen organizado, aunque sus resultados han sido cuestionados por la oposición y organismos de derechos.
Por su parte, Luisa González, candidata de Revolución Ciudadana, el movimiento del expresidente Rafael Correa, propone el retorno de un modelo de izquierda con el fortalecimiento de las instituciones y el combate a la corrupción. Sin embargo, su cercanía con Correa genera rechazo en un sector del electorado que recuerda con escepticismo su gestión.
Polarización persistente
Desde la llegada de Rafael Correa al poder en 2007, la política ecuatoriana ha estado marcada por la división entre correísmo y anticorreísmo. Aunque la polarización ha disminuido en intensidad, sigue siendo un factor determinante en la contienda electoral. Mientras González representa la continuidad del proyecto correísta, Noboa se posiciona como una alternativa que busca distanciarse tanto del correísmo como de la derecha tradicional.
No obstante, el surgimiento de un “antinoboismo” ha agregado una nueva dinámica al escenario político. El descontento con la gestión de Noboa en seguridad y economía ha impulsado la búsqueda de una tercera vía, aunque sin una figura consolidada que la encabece.
Como resultado, los ecuatorianos enfrentarán una elección polarizada, sin opciones intermedias claras.
Violencia y seguridad
La crisis de seguridad ha sido el eje del debate electoral. Ecuador registra una ola de criminalidad sin precedentes, con tasas de homicidios que lo ubican entre los países más violentos de América Latina.
Noboa ha basado su estrategia en medidas de emergencia y operativos militares, aunque sus políticas han sido criticadas por su eficacia y posibles vulneraciones a los derechos humanos.
González, en contraste, propone una estrategia integral que combine acción militar y policial con reformas judiciales para combatir la corrupción en el sistema de justicia. Sin embargo, su discurso en materia de seguridad ha sido menos contundente que el de Noboa, lo que podría afectar su atractivo entre los votantes que priorizan este tema.
En un contexto de crisis energética, violencia y tensiones políticas, los ecuatorianos decidirán entre dos caminos opuestos.