Cercan la Corte Suprema y agreden a Ministra Torrico
Sucre | Correo del Sur
La Corte Suprema inauguró el Año Judicial 2008 rechazando la agresión e injerencia política y convocando a una cumbre de los tres poderes para buscar mecanismos de coordinación. El acto inaugural se realizó en medio de una enardecida vigilia que cercó el edificio de la Suprema para rechazar la presencia de la ministra de Justicia, Celima Torrico, y derivó en agresiones contra más de una autoridad.
La movilización de la población se activó desde media tarde ante el rumor de que el presidente Evo Morales llegaría a la ciudad para participar de la apertura de actividades del Poder Judicial. Como el Primer Mandatario no asistió, la ola de insultos e intentos de agresión se volcaron contra la ministra de Justicia, Celima Torrico, y los parlamentarios masistas que la acompañaron.
Todo el acto inaugural estuvo acompañado por los estruendos de los petardos, cachorros de dinamita y estribillos en contra del Gobierno. No se salvaron de los insultos los militares y policías que guardaron la calma todo el tiempo.
Mientras el presidente de la Corte Suprema, Héctor Sandoval, daba lectura a su extenso discurso-informe en el que rechazó la injerencia e intromisión en el Poder Judicial, afuera del edificio, ciudadanos empezaban a llegar en mayor cantidad y a rodear el edificio central del Poder Judicial. Tomaron el control de todas las puertas de ingreso e, incluso, pusieron alambres a algunas de ellas. Con aplausos, silbidos, agresiones e insultos fueron recibidos y despedidos los invitados al acto inaugural del Año Judicial 2008.
La más ofendida por la turba fue la ministra de Justicia, Celima Torrico, que llegó en representación del Poder Ejecutivo, escoltada por los parlamentarios masistas Wilber Flores, Elsa Calle y Paola Álvarez. Fue agredida cuando se disponía a entrar a la Suprema, le jalaron de su chompa, le insultaron y hasta le arrojaron piedras.
A medida que pasaba el tiempo y mientras concluía el acto inaugural, la desesperación salió de control y los rumores empezaban a correr. Los manifestantes no perdonaron ni al fiscal general, Mario Uribe, quien salió entre los primeros y no fue reconocido por la gente que le insultó y hasta le golpeó con un mástil en la cabeza.