El capitalismo en la agricultura
La burguesía agraria se ha visto reforzada por los productores agrícolas capitalistas de origen campesino, grupo que según Ormachea ha fundado y conformado el MAS y que ha permitido la alianza que ahora se da entre el Gobierno y el empresariado agroindustrial cruceño
Hace unos días, el Cedla ha presentado un nuevo libro, de Enrique Ormachea: Desarrollo del capitalismo en la agricultura y transformaciones en la sociedad rural boliviana, constituyéndose en un claro aporte al conocimiento de la realidad de nuestro país. Asimismo, el libro plantea un importante debate que tiene que ver con la realidad actual del campesino boliviano.
Según Ormachea, los campesinos están cada vez más relacionados con el mercado, ya sea porque comercializan la mayor parte de su producción, ya sea porque compran sus herramientas o bienes de consumo, o porque venden o compran fuerza de trabajo. El campesino autosuficiente y aislado del mercado, habría, prácticamente desaparecido.
En la actualidad, los campesinos tradicionales ya no existirían, se habrían transformado, los menos en productores agrícolas capitalistas, que ya no están solamente en las zonas de colonización, sino que habitan en todas las regiones de Bolivia. Es así que, según datos del INE del 2012, un 45 por ciento de los patrones y/o empleadores agrícolas tendrían su residencia en los valles, un 31 por ciento habitarían en el altiplano y un 22 por ciento en los llanos.
Habría otro grupo, los campesinos mercantiles o pequeños burgueses, aquellos que venden su producción en el mercado, normalmente en base al trabajo familiar y que no necesitan vender su fuerza de trabajo. Finalmente la mayoría serían los campesinos semi-proletarizados y los proletarios con tierra. Campesinos cuya producción agrícola va disminuyendo continuamente, por lo que los ingresos de estas familias campesinas, ya no se debe a la venta de sus productos agrícolas, sino a los salarios que reciben por la venta de su fuerza de trabajo.
Estos planteamientos novedosos son esbozados con el objeto de suscitar un debate, puesto que otros autores consideran la existencia y persistencia de un campesinado más o menos tradicional, que podría ser un actor fundamental en la transformación de la sociedad boliviana, que dejaría de ser capitalista para transitar hacia un socialismo comunitario
Según Ormachea esto no sucederá, ya que nada indica que el campesinado sea portador de un nuevo paradigma, contrario al capitalismo. La experiencia de los productores de quinua muestra que algunos de los comunarios, los más emprendedores, se han convertido en productores capitalistas de dicho cereal. Así, en el altiplano sur del país, la propiedad colectiva de la tierra, la predominancia de ayllus y markas y la vigencia de un sistema de autoridades originarias, no fue óbice para que se desarrollen relaciones capitalistas de producción y que se produzca una rápida diferenciación socioeconómica entre los campesinos de la zona.
Por otra parte, señala que la burguesía agraria se ha visto reforzada por los productores agrícolas capitalistas de origen campesino, grupo que según Ormachea ha fundado y conformado el MAS y que ha permitido la alianza que ahora se da entre el Gobierno de Evo Morales y el empresariado agroindustrial cruceño. No está demostrado que este sector capitalista de origen campesino controle al MAS, tampoco se prueba que este grupo económico haya ocasionado que este partido, que en algún momento tuvo una propuesta comunitaria, abrace ahora el modelo capitalista. Éste es un planteamiento que también va a suscitar mucho debate y que puede ser objeto de otras investigaciones. Dilucidar esta cuestión puede ayudar a comprender el viraje del MAS hacia la derecha.
El autor es director del CESU.