Cooperativismo, el socialismo del siglo XXI
El cooperativismo es el socialismo del siglo XXI, dijo el papa Francisco en sus reflexiones el año 2014, seguramente se refería a que en un mundo en el que la economía basada en la especulación, es decir, la acumulación del capital y la competencia, ha ido generando distancias sociales cada vez más abismales, sólo tres personas tienen más patrimonio (riqueza) que el Producto Interior Bruto (PIB) de aproximadamente los 48 países más pobres; este sistema en el que se han generado relaciones sociales y de producción entre los seres humanos y entre los seres humanos y la naturaleza, de violencia, barbarie, surge la necesidad de plantearse modelos económicos y sociales que permitan mayor redistribución de la riqueza y otro tipo de relaciones entre los seres humanos y entre los seres humanos y la naturaleza.
La comprensión del cooperativismo como movimiento social y económico, se convierte, por su forma de organización y principios, en una importante alternativa, no solamente en el ámbito financiero, sino que es una filosofía de vida y una alternativa de sistema económico. Porque el cooperativismo pone como valor fundamental a las personas y la mejora de su calidad de vida antes que a la acumulación del capital individual y la competencia, teniendo como cimiento el trabajo solidario y la ayuda mutua, dentro y fuera de una cooperativa sea cual fuere el rubro, y la propiedad común entre los socios cooperativistas de los medios de producción, con el objetivo de lograr un desarrollo económico en plano de igualdad entre los que forman parte del proceso, y una distribución equitativa.
Por otro lado, el cooperativismo se erige como una expresión económica de democracia al perseguir que entre sus miembros, por una parte las decisiones se tomen en función a que cada persona tiene un voto. Además, en un sentido genérico, el sistema cooperativo, impide la explotación y puede resolver el problema de fondo que da lugar a la inequitativa distribución de la riqueza y la desprotección de grupos vulnerables de la sociedad. El cooperativismo se basa en valores comunitarios en los que, el bien común está por encima del bien individual y donde la solidaridad y la complementariedad se priorizan antes que la competencia, lo que nos lleva a pensar en la importancia de las bases sobre las cuales descansa el esquema filosófico que da lugar al emprendimiento cooperativo.
Es desde esta visión que debe hacerse hincapié en el sentido de integralidad del enfoque cooperativista, siendo que no hablamos de una organización cuya finalidad sea el lucro de las personas involucradas, sino que devuelve a la economía su función social, al buscar por una parte, niveles de bienestar compartidos, al integrar, por otra parte a la comunidad fortaleciendo el tejido social y los vínculos de solidaridad, finalmente la comprensión, cuya difusión será mediante la educación cooperativa.
El autor es profesor de historia.
Columnas de MILTON MACHUCA CORTEZ