Reelección entierra la revocatoria
El 21 de febrero del pasado año, los bolivianos fuimos actores de un referéndum convocado por el gobierno, en el que muy prematuramente se le interrogó al pueblo boliviano si estaba de acuerdo con modificar el Art. 168 de la Constitución Política del Estado y permitir que el actual presidente y vicepresidente puedan ser candidatos por un periodo más .
Este referéndum fue extrañamente convocado al iniciarse un nuevo gobierno del MAS cuando aún le faltaban casi cinco años para gobernar.
Esta actitud parecería descabellada; pero por el contrario, fue un plan bien concebido. Así, en la eventualidad de haber ganado el “Sí” en el referéndum de 2016, su camino estaba expedito para ser reelegidos y aliviaba al gobierno de toda preocupación; pero, como gano el No, el Gobierno tiene ahora cuatro años para planear, confabular, cavilar y concebir la forma o medio de torcer, destruir y asesinar ese No del referéndum. En suma, el prematuro referéndum fue un “globo de ensayo”, pues de haberlo provocado un año antes de cumplir su mandato, hubieran tenido tan sólo un año, 365 días para asesinar al No de aquel referéndum, ciertamente muy corto tiempo.
Ahora bien, ante el fracaso del Sí, el Gobierno concibió el Plan B que consiste, primero, en asegurar que el Presidente termine o complete su mandato hasta el año 2019; y, segundo, lograr de cualquier forma y manera la reelección del Presidente. Para ello, en forma coordinada y militante, tanto las autonombradas organizaciones sociales, como funcionarios públicos, principalmente los Ministros de Estado, se dieron la tarea de asegurar que la reelección del presidente es posible y que la Constitución Política lo permite; no dudan en hacer propuestas inventadas, y con pleno conocimiento que son ilegales las lanzan como ciertas. Algunas de ellas son hasta infantiles, como aquella de que si el presidente renuncia antes de cumplir su mandato se habilita para una reelección y otras similares que producen la hilaridad y mofa de los bolivianos. Al unísono las cacarean con el afán de confundir. Este océano de herejías contra la Ley provoca la reacción de los bolivianos, principalmente de los verdaderamente entendidos en la materia, quienes denodadamente con argumentos legales y certeros las refutan. Pero los refutados, conscientes de lo ilegales que son sus herejías jurídicas, exprofesamente insisten en su posición.
En esta bipolaridad de posiciones, hacen que moros y cristianos, inconscientemente se transporten al año 2019 viviéndolo anticipadamente, cuando faltan aún tres años para ello.
La guerra entre el que dice que Sí se puede reelegir al presidente el año 2019 y el que dice que No se puede reelegir al Presidente el año 2019 nos hacen vivir y transportar al año 2019, viviendo anticipadamente el futuro; y gracias a esta guerra de posiciones el gobierno del MAS se está asegurando cumplir su mandato hasta ese año; es precisamente esa la intención del Gobierno, porque así entierran y hacen desaparecer la “Revocatoria de Mandato” que el pueblo puede legalmente pedir para expulsar a este gobierno dos años y medio antes de que cumpla su mandato; tal cual lo establecen los artículos 170; 171; 240 y 242 Numeral V de la Constitución Política del Estado
El Gobierno con éxito promueve y provoca esta lucha bipolar entre el Sí y el No para el año 2019, para que persona alguna se le ocurra pedir la Revocatoria de Mandato del Presidente y Vicepresidente, como hicieron los venezolanos con Maduro, en un trabajo subliminal muy pero muy hábilmente concebido ante la inocencia, credulidad e ingenuidad de la oposición.
El autor es abogado.
Columnas de RAFAEL G. JULIO QUIROGA