El derecho a la vida
¿Es Ud. todo lo que quisiera ser? ¿Tiene Ud. todo lo que deseara tener? ¿Hace todo lo que añoraría hacer? Puede que no tenga la mejor apariencia externa que le haga feliz; que no posea dinero para vivir mejor; que la enfermedad o una deficiencia congénita le impidan hacer algo. Le pregunto si por tales insatisfacciones alguien debería decidir si Ud. debería seguir viviendo o morir…
Se dice que el aborto se puede justificar para que el niño, la madre o la familia no sufran a futuro, pero ¿quiénes nos creemos que somos para decidir quién debe vivir y morir? ¿Qué pasaría si Ud. fuera ese embrión?
Siendo que la vida empieza con la concepción en el útero, cuando alguien decide si ese ser nacerá o no -más allá del tiempo de gestación, de las razones objetivas/subjetivas que promueven el aborto, del credo religioso o de la ignorancia/conciencia que se tenga sobre ello- la violencia sobre ese ser indefenso pudo ser contra Ud.
Más allá de las consideraciones científicas, económicas, sociales, terapéuticas y el disparate de que “la mujer puede decidir sobre su cuerpo”, la pregunta es: ¿Tenemos el derecho de decidir sobre la vida de otro ser humano? Lea de nuevo el primer párrafo y póngase en el lugar del bebé...
Ahora, aquí van cinco desafíos para los abortistas y legisladores que un día darán cuenta de todos sus actos ante Dios…¿qué dirán?
Primer caso: El padre, alcohólico; la madre enferma. Tuvieron un hijo ciego; otro, sordo; uno murió y otro tiene tuberculosis. Ella está embarazada. ¿Debe abortar por razones de salud? Si dijo que sí ¡Ud. acaba de matar a Beethoven!
Segundo caso: Un hombre blanco viola a una niña negra de 13 años y queda embarazada. ¿Debe abortar? Si dijo que sí ¡la actriz y cantante, la segunda afroamericana en ganar un Óscar, Ethel Walters, no hubiera nacido!
Tercer caso: Una mujer está embarazada, tiene muchos hijos; dos murieron; su esposo está en la guerra y ella tiene poco tiempo de vida. ¿Recomendaría abortar? Si dijo que sí ¡Juan Pablo II no hubiera nacido!
Cuarto caso: Un Pastor y su esposa tienen 14 hijos y viven en la miseria. ¿Debería abortar el decimoquinto hijo? Si dijo que sí ¡uno de los más grandes predicadores, Juan Wesley, no hubiera nacido!
Quinto caso: Una jovencita aparece embarazada. Está comprometida en matrimonio pero su novio no es el papá. La sociedad es conservadora. ¿Debería abortar por “el qué dirán”? Si dijo que sí ¡Ud. acaba de matar a Jesucristo!
No se equivoque: Sólo el Dador de la vida tiene el derecho de quitarla.
El autor es economista, magíster en Comercio Internacional.
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