Parálisis de la planta de fertilizantes
Las explicaciones de las autoridades para justificar la paralización de la planta de Bulo Bulo, han sido tan diversas y contradictorias que refuerzan la certidumbre de la incapacidad del gobierno para gestionar proyectos tan grandes como este.
Página Siete informó el pasado 7 de diciembre que la planta de fertilizantes se encontraba paralizada debido a una presumible falla. Al día siguiente, el presidente de YPFB se apresuró a informar que la planta se encontraba parada “por dos o tres días” como parte de una “pausa de operación programada”, descartando la posibilidad de una falla.
Como la planta inició operaciones menos de tres meses antes (14.09.2017) y técnicamente es irregular que una instalación compleja como esta se ponga en marcha y programe paradas tan cortas y próximas, el senador Ortiz puso en duda la información oficial y anunció convocar al Ministro de Hidrocarburos a una Petición de Informe. Ante el anuncio, la reacción del presidente de YPFB, no fue de explicación del paro sino de baladrón amenazante con juicios contra el senador por algo sucedido 14 años atrás. Por su parte el Ministro de Hidrocarburos, mediante comunicación oficial, acusó al senador de pretender politizar el tema para desprestigiar la gestión de gobierno arguyendo que Samsung, el operador de la planta, trabaja con altos estándares de seguridad y que la paralización era parte de su programación.
Para dar credibilidad a la versión oficial, YPFB convocó a una conferencia de prensa con varios gerentes y el responsable de Samsung de operación de la planta. Los gerentes se encargaron de desmentir la posibilidad del paro por insuficiencia de gas y el de Samsung, mediante traductor, ratificó el relato de “paro programado para realizar algunos ajustes y mantener la operación estable”. En la oportunidad se dijo también que toda visita a la planta se daría cuando el personal de Samsung lo permitiera.
Una semana después de paralizada la planta, el mismo Ministro de Hidrocarburos declaró que “se detectó un problema en un sistema electrónico que es un controlador” (PS 12.12.2017), cuyo repuesto fue solicitado con lo que en cuestión de horas se reiniciarían operaciones. Sin embargo, como la pieza era de origen italiano y tiene usos militares, se gestionaba autorización de la Cancillería de ese país para su exportación pero que la solución estaba en manos de Samsung.
El mismo día, el vicepresidente García sostuvo que la paralización de la planta era normal y esperaba que no hubieran “escándalos si de acá a una semana la nueva factoría se vuelve a parar por otro ajuste” (PS 13.12.2017). Simultáneamente, un matutino informaba de la llegada de “…técnicos de Italia y Brasil para evaluar los daños en la petroquímica. La falla está en una turbina dentro de la planta de amoniaco... Volverá a operar entre 10 días y dos meses” (ED 13.12.2017)
Días después, el presidente de YPFB informó que luego de sostener reuniones con los técnicos arribados al país, se confirmaba la llegada del nuevo dispositivo electrónico, autorizada por el Consejo de Ministros de Italia, cuya falla causó la parálisis de la planta, la misma que reiniciaría operaciones progresivamente en ocho días. (15.12.2017 ANYPFB)
Como se puede observar las contradicciones de las autoridades fueron desde parada programada hasta falla de pieza electrónica y desde autorización de Cancillería italiana hasta Consejo de Ministros, pero insuficientes para explicar la llegada urgente de técnicos del extranjero ni la paralización de más de un mes a la fecha.
En la industria, la puesta en marcha de una planta es precedida de pruebas de funcionamiento de equipo por equipo y de sección por sección, primero al vacío y luego con carga y en observancia de decenas de protocolos. Estos procedimientos que se denominan "pre commissioning" y "commissioning", sirven para poner a punto o “fine tunning” de la instalación y evitar “ajustes” cuando esté en operación. Esto se hizo supuestamente, durante gran parte del año 2017. Los responsables de estos procedimientos fueron Samsung en primera instancia, la empresa supervisora Bureau Veritas y el personal de YPFB que fue a entrenar a Corea. Pero además tenían que crear un inventario de repuestos críticos en almacén para que así los problemas menores, como el de piezas dañadas, sean resueltos en horas.
Todo revela que estos trabajos fueron mal hechos.
Si el problema fuera solo de un controlador electrónico las autoridades no tenían porqué encubrir ni explicar las deficiencias de Samsung, pero la llegada de técnicos del exterior y la extensa parada de la planta indicarían que los problemas son más graves que los señalados.
En el intertanto, no existe producción, se incumple el único contrato de exportación, se pierde credibilidad en los mercados y se desprestigia YPFB. ¿Quién asume el daño?
El autor es ingeniero químico y petroquímico.
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