“Entre maleantes que se maten”
El presidente Evo Morales se condolió por la muerte del astrofísico inglés Stephen Hawking y mando pésames a sus familiares vía Twitter el mismo día en que siete presos de la cárcel de Palmasola murieron a manos de policías. En ninguno de los tuits, de los varios que publicó esos días, mandó condolencias a las madres, esposas o hijos de los acribillados.
Luego del operativo en la cárcel, que además de los muertos dejó 26 heridos, el comandante de la Policía evaluó la jornada como “exitosa”. Elevar la muerte y la violencia a categoría de éxito dice mucho de la mentalidad de quien depende el orden y la seguridad del país.
Cuando la indiferencia y el desprecio a esta población carcelaria viene de las propias autoridades encargadas de garantizar, en teoría, su rehabilitación y posterior reinserción, ningún proyecto para erradicar el hacinamiento y la corrupción de las cárceles tendrá resultado alguno.
Mientras se imponga el falaz lema “entre maleantes que se maten”, para dejar el gobierno de las cárceles a los reos que más fuerte pegan o más armas tengan y que grupos de policías corruptos saquen jugosas ganancias de ello, la tragedia de las cárceles del país se mantendrá invariable.
No basta con que cada que se maten entre reos la Policía simule hacer su trabajo, es necesario cambiar toda una forma de concepción de lo que es el castigo y rehabilitación y dejar de percibir a los presos como animales de corral, desprovistos de los mínimos derechos humanos.
SubJefe de redacción de Los Tiempos
Columnas de MICHEL ZELADA CABRERA