El mal más temido no es la prioridad
El cáncer es la enfermedad más temida de Bolivia, según un estudio realizado por la firma uruguaya Opción Consultores. En la mayoría de los casos, los bolivianos, como todo el mundo, reciben el diagnóstico de cáncer con angustia, miedo y desesperanza. Estos sentimientos no responden simplemente a una reacción emocional, sino a la realidad del sistema público de salud que no prioriza el tratamiento de esta enfermedad.
Haciendo cuentas, en Bolivia se disponen de 16 oncólogos, tres aceleradores lineales para tratamiento de cáncer y tres hospitales con área de oncología en todo el sistema público nacional de salud. Los datos hablan por sí solos y evidencian que el equipamiento y personal para enfrentar una lucha contra el cáncer es insuficiente para los más de 18 mil casos que se presentan anualmente.
La investigación “Control del cáncer, acceso y desigualdad en América Latina: Una historia de luces y sombras”, elaborado por The Economist Intelligence Unit por encargo de Roche, posicionó a Bolivia como el país con menor calificación en el control de cáncer y acceso al tratamiento. La calificación fue de siete sobre 30 puntos. La cifra es resultado de la evaluación de cinco criterios: planes estratégicos, supervisión, disponibilidad de medicamento, prevención y detección temprana y finanzas. Para que los casos de cáncer reduzcan, faltan políticas acertadas para la detención temprana y oportuna. Asimismo, la disponibilidad de recursos para el equipamiento necesario, tomando en cuenta el criterio de “gastar mejor” en lugar de “gastar más”. El cáncer dejará de ser la enfermedad más temida cuando se la combata con los suficientes recursos, cuando la esperanza este por encima de un desenlace sin suficiente ayuda del Estado.
Periodista de Los Tiempos
Columnas de Sabrina Lanza Bugueño