Evo y Franklin, ¿autores intelectuales?
Si Carlos Romero hubiese sido ministro de Sánchez de Lozada, de Banzer o de Tuto Quiroga (lo que, al paso que vamos, no es una hipótesis descabellada) quizá Evo Morales hubiese pasado unos buenos años en la cárcel como “detenido preventivo” y el movimiento cocalero, desmontado y diezmado.
El Gobierno, experto en desbaratar movilizaciones apuntando a sus presuntos “autores intelectuales” (léase mineros cooperativistas, supuestos terroristas, dirigentes cívicos…) acaba de detener a Franklin Gutiérrez, dirigente de los cocaleros de los Yungas de La Paz.
Romero acusa a Gutiérrez de ser el autor intelectual de la muerte del teniente Daylor Sandoval en un confuso enfrentamiento entre cocaleros y policías, el viernes último en La Asunta.
En su época de dirigente de los cocaleros del trópico de Cochabamba, Morales también fue acusado de ser el autor intelectual de la muerte de decenas de policías y de los uniformados que quedaron decapitados o paralíticos por la explosión de “cazabobos”.
Por ejemplo, en julio de 1997, el entonces comandante de la Policía, Tomás Asturizaga Rodas, acusó a Morales de ser el autor intelectual de la muerte del policía Mario Quispe Morales.
De haber sido Romero ministro de Gobierno, hubiese dicho: “Si este señor organiza grupos armados, persigue a la gente, exige que salga la FTC, entonces yo tendría que entender que es un protector del narcotráfico”. Eso es lo dijo de Franklin Gutiérrez el viernes.
En enero de 2002, el entonces ministro de Información, Mauro Bertero, apuntó al, también entonces, diputado Morales como el “autor intelectual” de la muerte de un militar y un policía en el Chapare. Qué suerte la de Evo, Romero no era ministro de Gobierno.
La historia se repite, sólo cambian las fechas, uno que otro detalle, algunos nombres.
Subjefe de redacción de Los Tiempos.
Columnas de MICHEL ZELADA CABRERA