Brasil: líder en energías no contaminantes
Brasil es el país con la matriz energética menos contaminante del mundo, informó la Asociación Internacional de la Energía (www.iea.org/). La AIE señaló al vecino como "estrella ascendente" en el uso sostenible de energía. Este éxito premia el continuado empeño de sucesivos gobiernos brasileños en darle énfasis a lo renovable. En el ya cercano 2030, el 45% de su energía consumida vendrá de fuentes renovables, principalmente bioenergía e hidroelectricidad. El gobierno brasileño cumple así con el acuerdo de París sobre cambio climático y sirve de ejemplo ante otras naciones.
Brasil desde hace años viene siendo líder en el uso de biocombustibles, algo que en Bolivia al fin se está iniciando, luego de varios años de espera. Los brasileños han generado combustible de la biomasa en general, de la grasa animal, y de diversos subproductos que permitieron reducir el consumo de energías fósiles y aliviar la contaminación. En lo natural, las represas son un ejemplo. Mucha gente protesta por su instalación, pero en función de los principios del desarrollo sostenible son una excelente alternativa. El daño se produce una sola vez, al generarse la laguna típica de toda represa, pero luego los beneficios superan con creces al perjuicio ocasionado. Con las represas es posible controlar flujos hídricos e impedir inundaciones. De la misma manera, se controla el agua para uso industrial o para consumo humano y así sucesivamente, al mismo tiempo que se genera una masiva cantidad de electricidad mediante una fuente renovable.
Lo que le está faltando al Brasil es desarrollar con mayor énfasis la energía solar, actualmente en gran boga por la enorme reducción de precio de los paneles solares y una mejor relación de generación panel/vatio. Ya mencioné en una reciente nota el auge actual de la energía proveniente del sol, abundante y eterna. Brasil tiene inmensas posibilidades favorables para desarrollar la energía solar en su vasto territorio. Lo mismo vale para la fuerza eólica, que además tiene ahora una nueva tecnología que elimina las paletas de los molinos de viento y acumulará energía sobre la base del principio de vorticidad. Y si a ese amplio espectro de fuentes renovables agregamos las perspectivas tradicionales de la energía nuclear y de los combustibles fósiles vía el "pre sal" más otros últimos descubrimientos, vemos que el futuro energético del Brasil está garantizado. Se han despejado para siempre los fantasmas de la escasez en materia de energía que agobiaron en el pasado a nuestro gigantesco vecino. Cabe la gran incógnita: ¿Seguirá Brasil comprándoles gas a Bolivia? Creo que sí, pues de no adquirirlo el gobierno central, lo más probable es que sea comprado por los estados vecinos (los dos Mato Grosso y Rondonia), por ser su transporte más barato que el del fluido proveniente de las costas del Atlántico.
La dupla etanol-biodiésel representa en Brasil el 50% del consumo energético que viene de fuentes renovables y cuadruplica las fuentes solar y eólica juntas. En el ámbito del biodiésel, Brasil alcanzó un récord de 4.300 millones de litros producidos en 2017, un 13% más que en 2016; la soja es su principal materia prima. Para el año 2023 la AIE calcula que la bioenergía deberá permanecer como la principal fuente de energía renovable, aunque su participación proporcional podría disminuir debido a la expectativa de crecimiento de las energías vía viento y sol. Bien por Brasil; al tener su auto abastecimiento energético garantizado y capacidad alimentaria propia, tiene un venturoso futuro asegurado.
El autor es ex Canciller de Bolivia, Economista y politólogo
www.agustinsaavedraweise.com
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